Me he reunido ayer con un grupo de
personas pertenecientes a varias asociaciones de personas
sordas. Celebraban el Día Internacional de las Personas
Sordas con diversos actos culturales y deportivos.
En el apartado de debates he sacado a colación el artículo
publicado en “El Pueblo de Ceuta” por una asociación ceutí
de personas NO SORDAS que asumen responsabilidades sobre
éstas.
La cólera se ha extendido entre todos los asistentes a esos
debates. Cólera elevada al cuadrado ante el cúmulo de
mentiras propagadas por el artículo.
Bueno, no entro en lo que se “soltó” en las reuniones con
debates. Entro en lo que mi experiencia y mis estudios de
campo me indican.
La indicación de que actualmente muchos niños y niñas con
sordera que comunican en lengua oral, alcanzan metas que
hace escasamente una década eran impensables, es una mentira
del tamaño de la catedral de Ceuta.
Las metas que consiguen los sordos, cuando se lo proponen,
se han alcanzado siempre desde tiempos inmemoriales. Solo el
lapsus de una dictadura ha influido en la escasa preparación
de esas personas que hoy en día rondan los cincuenta y los
sesenta. La nefasta época del dictador colapsó los centros
de enseñanza de las personas sordas, convirtiéndolos en
siervos dedicados al rezo bajo el cuidado de las monjas. Eso
influyó sobremanera en la educación general de los sordos.
La tantas veces mentada, como escribe esa asociación,
marginación que se ha descrito “tradicionalmente” sobre las
personas sordas, no es más que la aplicación de “¡qué
lástima!” cuando se refiere al sordo. De hecho, en la época
franquista los sordos estaban clasificados como
“subnormales”, cosa que influyó sobremanera en el futuro de
esas personas sordas.
Pongo en duda el rigor y la representatividad exigibles en
esos trabajos de evidencias científicas para reflejar una
realidad inexistente (no es lo mismo que un “conejillo de
Indias” salga brillante a que lo apliquen a todos los
“conejillos de Indias” supuestamente “curados”).
No dudo que “como dato muy novedoso” que hayan GRUPOS de
alumnos con sordera que alcanzan niveles de lectura como los
de sus compañeros oyentes. Supongo que se referirá a los
sordos “oralistas”, pero… ¿entienden lo que leen? ¿Saben
analizar correctamente la lectura?
En mis estudios de campo he constatado que el 99,9 por
ciento de los jóvenes sordos educados únicamente en el
método oral NO SABEN SIQUIERA A QUE SE REFIERE LO QUE ESTÁN
LEYENDO O LO INTERPRETAN ERRÓNEAMENTE. Así categóricamente.
Ese estudio que dicen haber realizado con una empresa
demoscópica sobre la situación laboral de las personas
sordas, ha sido realizado concretamente en LAS PERSONAS
SORDAS QUE CONOCEN DIRECTAMENTE, no ha sido realizado a
nivel general porque han marginado a las asociaciones de
sordos donde realmente están los sordos, cosa que invalida
totalmente el informe de que el supuesto 90% de los casos
UTILIZAN la lengua oral en el centro escolar ¿Siguen en el
centro escolar y trabajan a la vez?
Según mis estudios de campo, directos ¿qué digo?,
directísimos, la mayoría de los sordos componentes del campo
laboral USAN EL LENGUAJE DE SIGNOS en todos los niveles, aún
los que provienen del sistema oral.
Creo un dislate lo que indican sobre la adquisición de
autonomía en la vida laboral “la posibilidad de comunicarse
oralmente, sin depender de terceros, y el apoyo de la
familia”… si el apoyo de la familia no es depender de
terceros ¿qué será?... los subtitulados ¿no es depender de
terceros?
Bueno, en cuanto a la afirmación de que las nuevas
tecnologías sobre audífonos y/o implantes auditivos…
permitan que afirme rotundamente que esas nuevas tecnologías
no permitirán a las personas sordas que “oigan” un discurso
en una sala abarrotada, por muchos bucles, sistemas FM…
El sordo, cuando escribo del sordo me refiero al sordo
TOTAL, conocido como sordo profundo, siempre lo será por
mucha tecnología que se le aplique. “Oirá” leyendo los
labios frente al interlocutor, por cuanto éste último se de
la vuelta y siga hablando… no lo “oirá” aunque en sus oídos
suenen ruidos armoniosos.
Mañana seguiré con lo mismo.
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