Una Melilla fresca y húmeda
empezaba ayer a desperezarse a eso de las 7 de la mañana,
mientras un oscuro manto de nubarrones correteaba por los
agrestes riscos del mítico Gurugú. Media hora más tarde el
pequeño aeropuerto de la ciudad hermana, azotado por la
lluvia, bullía de vida y actividad. Dejé la ciudad
despertando y con alguno de sus barrios (caso de Huerta
Salama) recuperándose de la inclemente y sorpresiva tromba
de agua caída el viernes por la noche, mientras los
acuartelamientos, por motivos que nada tienen que ver con la
meteorología, activaban el máximo estado de alerta.
Desde Marruecos me comunicaban anteayer el fallecimiento, a
las 23.00 de la noche del sábado en Rabat, del doctor
Abdelkrím El Khatib, icono desde la década de los cincuenta
de la alta política del vecino país. Afamado cirujano
natural de El Jadida (1921) formado en Argel y en La Sorbona,
fue una de las grandes figuras de la resistencia y del
ejército de liberación. Hombre de máxima confianza del rey
Hassan II, varias veces ministro y presidente del Parlamento
entre 1963 y 1964, participó como médico junto al
contingente marroquí aliado del ejército sirio en la Guerra
de los Seis Días (1967) contra Israel, fundando
posteriormente la asociación marroquí de sostén a la lucha
palestina; tuvo también un papel destacado como embajador in
péctore anta la Organización de la Unidad Africana (OUA),
sabiendo conseguir con prolija y generosa mano que Nelson
Mandela, el histórico líder contra el apartheid, apoyara el
hecho consumado de la ocupación del Sáhara Occidental por
Marruecos tras el órdago de la “Al Massira Jadra” lanzado
por Hassan II, bajo cobertura norteamericana, en 1975;
ferviente partidario del “Gran Maghreb Árabe” y a servicio
siempre del Makhzén, el Doctor Khatib templó gaitas y sacó
de la calle a una buena parte del islamismo radical
procedente de la “Chabiba Islamiya”, limando aristas y
encarrilándolo por la vía de la política en su formación del
“Movimiento Popular Constitucional Democrático” (MPCD,
1967), que posteriormente se transformaría en 1996 en el
“Partido de la Justicia y el Desarrollo” (PJD), la cara del
islamismo moderado y parlamentario de Marruecos, del que el
Doctor Khatib fue su primer secretario general y hasta su
muerte presidente-fundador. “El PJD ha perdido en él a un
padre”, declaraba compungido Lahcen Daoudi. Obviamente.
Estos días traen también, además de los aguaceros, un alto
simbolismo religioso: para los musulmanes la del domingo fue
la “Noche del Destino”, mientras que el Judaísmo entró ayer
lunes en año nuevo, celebrando el 5769 del calendario judío.
Por otro lado ha sido reconfortante la entrada en liza de la
Fiscalía del Reino, decidiéndose a denunciar por “ejercicio
ilegal” (recuerden cuando les comentaba que la única
institución autorizada para emitir “fatwas” era el Consejo
de Ulemas del Reino) y esperemos que por incitación a la
pederastia al imám Al Maghraoui, pero el sinvergüenza no
podrá ser detenido por encontrarse en La Meca; seguro que
con los wahabíes de Arabia Saudí no tiene problemas… Son las
13.00 locales y en Martil se espera a Mohamed VI para
inaugurar un liceo y un centro socioeducativo para mujeres;
cuentan que el joven soberano suspendió, enfadado, una
visita hace días después de una inspección nocturna por la
villa. Ya les contaré.
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