Si el año pasado no fueron más de 50 litros por metro
cuadrado los que, la tarde del 11 de septiembre, anegaron
media Ceuta, ayer una tromba “torrencial” de lluvia que,
según datos de la Agencia Estatal de Meteología, alcanzó los
147 litros por metro cuadrado entre las 7 y las 10 de la
mañana, fue la que colapsó hasta primera hora de la tarde
buena parte de la ciudad.
Por desgracia para los vecinos de Patio Castillo, el
Príncipe Alfonso (principalmente en sus Agrupaciones Este y
Fuerte), Benítez, Recinto Sur y en realidad de toda la
ciudad la Meteorología demostró ayer que si bien no es una
ciencia exacta debe ser la que se acerca a ello de las de su
grupo. El viernes, las previsiones de la Agencia Estatal del
ramo, AEMET, anunció con aparente prepotencia probabilidades
de lluvia en la ciudad autónoma “del cien por cien” tanto el
sábado como el domingo.
Ante tal anunció, la Ciudad Autónoma decretó estado de
alerta por tormentas y lluvias para el sábado y el domingo.
La primera jornada terminó sin una sola gota de agua sobre
la ciudad, aunque por la tarde pudieron verse ya los efectos
del agua en otras ciudades como Melilla.
Ayer de madrugada, a las 7.00 horas, las precipitaciones
llegaron a Ceuta en forma de una tromba de agua que el
presidente Vivas se atrevió a calificar a las 13.00 horas
como “torrencial” y con capacidad más que de sobra para
hablar de una situación “extraordinaria” y “de emergencia”.
Según sus datos en el espacio de apenas tres horas cayeron
sobre Ceuta 147 litros por metro cuadrado (59 de 7.00 a 8.00
horas; 65 de 8.00 a 9.00 y 32,5 de 9.00 a 10.00, citando
siempre como fuente a AEMET), aunque a través de una nota de
prensa la Delegación elevó a última hora de la tarde hasta
210 litros las precipitaciones registradas durante las
últimas 24 horas.
En ese intervalo de tiempo el teléfono único de emergencias
112 recibió una media de dos llamadas por minuto y al
Servicio de Extinción de Incendios se le requirió su
presencia en 170 lugares distintos, trabajo que le ocupó
toda la jornada hasta caída la noche.
La tromba de agua, que se comió parte de playas del centro y
la periferia como El Chorrillo, La Ribera o Benítez y forzó
el corte de las principales arterias urbanas y carreteras
nacionales de la ciudad, llevó a la convocatoria de un
Gabinete de Crisis en el Palacio autonómico, donde el
presidente Vivas citó a todos los consejeros implicados de
una forma u otra en la alerta decretada y se puso en
contacto con el delegado del Gobierno y el comandante
general en la ciudad para mantenerles al tanto de la
situación y solicitar su colaboración en caso necesario,
solicitud a la que como era de esperar respondieron
favorablemente.
“Hemos respondido”
No fue necesario. “Con los medios propios”, dijo Vivas a
primera hora de la tarde a los medios de comunicación, “se
ha podido responde a la situación sobrevenida, que puede
calificarse de emergencia extraordinaria”, destacó el
presidente cruzando los dedos a la vista de lo que se podía
venir encima con una predicción que apuntaba a que desde ese
momento y hasta la medianoche podrían caer otros 100 litros
sobre la ciudad.
“Creemos que con el Plan de Emergencias de nivel 1, que es
el activado”, predijo Vivas con acierto, “será suficiente,
pero en caso necesario se activaría el de nivel 2, que nos
permitiría contar con medios de la Delegación y la
Comandancia, e incluso el de nivel 3, con el que la
Delegación asumiría el mando”, explicó el presidente.
Tampoco fue necesario, pero aún así medios ajenos a la
Asamblea como la Policía Nacional, el área de Fomento de la
Delegación y personal de empresas privadas como Elsamex y
Dragados se sumaron a los efectivos de Policía Local, Parque
Móvil, Servicios Sociales, Protección Civil... que fueron
movilizados para atender una emergencia que afectó “a toda
Ceuta”, donde las inundaciones en algunas viviendas,
garajes, locales comerciales y edificios úblicos llegaron a
superar el metro de altura.
La situación, que no causó ningún daño personal más allá de
forzar el realojo de tres familias y generar molestias a
muchas otras, especialmente en barriadas como Benítez,
Príncipe Alfonso y Recinto Sur y alrededores, sí causó
cuantiosos daños materiales en forma de desprendimientos,
caída de muros y corte del suministro eléctrico y el tráfico
rodado en prácticamente toda la ciudad.
A pesar de ello, el presidente se mostró “satisfecho” con el
funcionamiento de la red de pluviales (“ha chupado bien”,
destacó) y atribuyó a “problemas crónicos de naturaleza
estructural y orográfica” los problemas sufridos por los
vecinos de zonas como Patio Castillo o Benítez, que hace
doce meses ya fueron también los máximos perjudicados por
las lluvias torrenciales y que ayer volvieron a denunciar no
haber recibido aún ni un solo euro de compensación por
aquellos daños.
“Vemos problemas parecidos en toda España y no somos una
excepción”, terminó Vivas, que se preguntó en voz alta si
será el cambio climático el responsable de las trombas que
sobre la ciudad los últimos otoños de forma consecutiva.
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