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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 
ANÁLISIS

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 22

Me tropiezo con Luis Luna; quien, además de ser funcionario, ejerce como entrenador de fútbol. Es decir, que el título nacional no lo tiene para lucirlo en una pared de su casa. Lo primero que me recuerda, vaya memoria que tiene, es que hace un año que nos vimos en el mismo sitio. Y yo le respondo que puede darse el caso de que hablemos de lo mismo que hablamos entonces. Y así va sucediendo a medida que nos enfrascamos en una conversación rápida. Aunque en esta ocasión sale a relucir la escuela de fútbol y quienes han sido designados para que muchos niños consigan hacer carrera futbolística. Luna, que me conoce sobradamente, expone sus ideas sin tapujos. Porque sabe que a mí hace ya muchos años que dejó de interesarme todo lo concerniente al deporte rey de esta ciudad. Lo único que le contesto es que cada vez que alguien me cuenta sus inquietudes acerca de la escuela de fútbol, no puedo evitar acordarme de cuando hace más de dos décadas tuve la mala suerte de ser elegido para dirigir un proyecto similar, que había nacido muerto y que por poco me cuesta a mí una enfermedad. Todo lo ocurrido en aquella década de los ochenta, en relación con el ICD, su supervisión y la dirección de la escuela, está apuntado en la libreta de mi memoria. Un lugar seguro para que hechos tan desagradables como vergonzosos descansen en paz.

MARTES. 23


Paseo por la plaza de África cuando alguien menciona mi nombre y descubro que es Carlos Bringa que está saliendo de su coche con celeridad para darme alcance. Llevaba yo la tira de tiempo sin verle y me entra la alegría correspondiente por ver a una persona a la que aprecio muchísimo. Bringa fue siempre tan amable conmigo como directo a la hora de decirme las cosas. El secretario del grupo parlamentario socialista es un tipo en el cual se puede confiar. Le he notado, y así se lo he dicho con satisfacción, una mejora grande en todos los aspectos. Carlos se nos ha venido arriba después de pasar lo suyo... La conversación entre nosotros transcurre por los cauces de siempre. Si bien me recuerda que había leído cómo mis relaciones con Salvador de la Encina se habían recuperado. De pronto aparece Francisco Valero y se une a la conversación. Valero y Bringa mantienen una amistad añeja y bien construida. De las que suelen durar toda una vida. Y cuando estábamos a punto de despedirnos, llega Carmelo Tamajón y la cháchara se alarga varios minutos más. Minutos en los cuales se expusieron situaciones de las que prefiero no decir ni pío para no perjudicar a nadie.

MIÉRCOLES. 24


Mis relaciones con Alfonso Conejo fueron siempre buenas. Antes de ejercer como concejal y diputado, cuando ejercía y ahora que pertenece a la ejecutiva del PP. Hoy, durante mi paseo por la Avenida de Sánchez-Prados, me lo he encontrado sentado a una mesa en el exterior de una cafetería, compartiendo charla con Emilio Carreira y con el tercer hombre. A quien nomino de esta manera porque hace ya mucho tiempo que olvidé su nombre. Y me daba mucha lacha preguntarle: ¿es usted acaso fulano de tal? Así que opté por dirigirme a Conejo a fin de que me contara algo para darle vida en esta sección. Y cuando andaba mi estimado Alfonso a punto de caramelo, se acordó de que tenía que ir a recoger a sus nietos. Son los nietos de Conejo los que le tienen sorbido el seso y los únicos capaces de alegrarle las pajarillas durante todo el día. Eso sí, Conejo es un abuelo que sigue estando en plena forma para desempeñar cualquier cargo político. A propósito, no sé por qué motivo no le he dedicado yo todavía una columna en la contraportada a este político, conocedor a fondo de su partido y con el temple adecuado para saber oír ver y callar, incluso en momentos donde no se ha sentido a gusto por el trato recibido.

JUEVES. 25


Mis relaciones con Pedro Moreno datan de muy lejos. De cuando él jugaba en la Agrupación Deportiva Ceuta y yo era el entrenador del Algeciras. Creo que estoy hablando de la temporada 73-74. Cuando Desiderio Herrero era técnico del equipo ceutí. Un Herrero con quien me unía una gran amistad. Porque él era madrileño y fuimos componentes de una tertulia en el Bar Domitila, situado en el Paseo de las Delicias, durante gran parte de la década de los sesenta. Pedro Moreno, cada dos por tres, y hoy ha tocado, saca a relucir lo que dio de sí aquel partido copero. El primer encuentro de la eliminatoria se jugó en el Alfonso Murube, con lleno absoluto y ambiente enrarecido. Finalizó con empate a cero. Y a Herrero lo abroncaron y le pidieron la destitución a gritos destemplados y con pañolada típica de la época. Todo hacía pensar que en el Mirador nosotros resolveríamos la eliminatoria. Pero hete aquí que un balón golpeado por Moreno, desde Punta Almina, no lo vio nuestro portero y los ceutíes ganaron el partido y, por supuesto, la eliminatoria. Lo cual le dio vida a Desiderio y a mí me dejo a merced de la ira de una afición que se consideraba especial y que no perdonaba casi nada y menos una derrota ante el equipo caballa. Pedro Moreno, coñón por excelencia, se ha entretenido, una vez más, en recordarme aquel mal trago y ha sacado pecho recordando el gol que metió de chamba... ¿O no, Pedro? Mira que ya va siendo hora de que lo confieses.

VIERNES. 26


A mí me gustaría tener motivos para destacar la labor de Inmaculada Ramírez, portavoz socialista, aunque fuera de tarde en tarde. Pero mis deseos se estrellan ante su debilidad como interpelante en los plenos. Acusa al Gobierno sin explicarse bien y sin argumentos capaces de poner en evidencia las respuestas del consejero o viceconsejero cuestionados, ni tampoco las intervenciones de Vivas que se aprovecha de las facilidades que Ramírez le concede para lucirse. De modo que el presidente acude a los plenos sabiendo de antemano que cualquier intervención de la diputada del PSOE -en Ceuta- le permitirá reprenderla con una suficiencia que deja en el ambiente la sensación de que trata por todos los medios de no abochornarla. O sea, que encima el presidente se apunta tantos de bonhomía mientras ella queda expuesta a las consiguientes murmuraciones y críticas negativas. Lo cual no es justo. Si bien es ella la que debería darse cuenta de que está muy sola y carente de ayudas, en un partido donde sus portavoces se distinguieron casi siempre por ir a los plenos con las ideas muy claras y las lecciones de las denuncias bien aprendidas. Por lo tanto, bien haría Inmaculada Ramírez en plantearse la forma de hacer oposición. Porque si el INEM está haciendo bien sus funciones y las filtraciones de los exámenes de marras están siendo investigadas por la Policía, cómo es posible que ella siga dando palos de ciego. Así, la portavoz consigue dos cosas: una, que a mí me resulte imposible no hablar de sus errores; y otra, que Vivas siga ganando adeptos porque se quedan prendados de su carácter y comportamiento bonachón, a costa de ella.

SÁBADO. 27


Vi con agrado que Yolanda Bel fuera el viernes pasado motivo de portada de este periódico. Creo que es merecedora de esa atención por su estar siempre en esa primera línea política, donde se halla expuesta a todos los vientos. Como la flor del vilano. Menos mal que ella, de natural decidida y en posesión de un valor sordo, ha terminado por endurecerse. Y, como lo que no mata engorda, parece ser que le ha cogido el tranquillo a la portavocía y ya ofrece pocas brechas por donde sus adversarios se puedan colar para zurrarle la badana con deleite. La fotografía que de la también consejera de Medio Ambiente se publicó en la primera, correspondía a su visita a la Estación de Impulsión de La Marina. Visita que hizo acompañada por Manuel Gómez Hoyo, director gerente de Acemsa. La verdad es que forman una buena pareja, según pude comprobar en la fotografía que ilustra la noticia en las páginas interiores. Y es así, pienso yo, porque a Manolo se le nota muchísimo que su jefa, como él acostumbra a decir cuando habla de Bel, le permite trabajar con entera libertad. Y eso se refleja en la mirada y en los gestos. ¿Verdad, Manolo?
 

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