Hace más o menos ocho meses,
concretamente en marzo, navegando a la deriva por la
internet, hallé yo el blog de UPyD en Ceuta. Y encontré un
artículo en el cual, Julián Manuel Domínguez,
Coordinador Territorial en esta ciudad del partido que
preside Rosa Díez, se refería a mí. Y lo hacía con
tan buenas maneras que me di mucha prisa en contestarle.
Con Domínguez nunca he hablado yo personalmente. Lo cual
lamento. Porque tengo la impresión de que es persona con la
que conversar ha de ser más que interesante. Aunque espero
que en cualquier momento coincidamos en algún sitio y
pongamos fin a una situación que no es muy lógica entre un
político y alguien que escribe periódicos.
Mientras ello sucede, me tengo que conformar con leer sus
declaraciones, conocer sus inquietudes y enterarme de cuáles
son sus denuncias a un Gobierno que está necesitado de
escuchar atentamente, más que oír, las voces que discrepan
de sitios donde se conceden empleos, sinecuras y canonjías,
por obra del antiquísimo proceder del nepotismo. Para
quienes desconozcan lo que quiere decir nepotismo, que los
habrá, les diré que significa preferencia dispensada a los
parientes para los empleos públicos.
De tales sitios, el antiguo Instituto Municipal de Deportes
–IMD-, llamado ahora Instituto Ceutí de Deportes –ICD-,
tiene ganada fama como lugar donde han encontrado cobijo
personas recomendadas por familiares, que en esos momentos
eran concejales o diputados, y también muchas otras que
supieron dorarles la píldora a quien durante muchos años
hizo y deshizo a su antojo en ese organismo.
Por lo tanto, cuando he leído la denuncia hecha por
Domínguez Fernández, por medio de una nota de prensa enviada
a los periódicos, sobre que ha enviado documentación del ICD
a su asesoría jurídica para que la estudie, me ha parecido
la mar de bien. Ya que todo lo que sea tratar de fiscalizar
las actuaciones del ICD, me parece tan saludable cual de una
necesidad imperiosa.
El IMD, ahora ICD, por si el Coordinador Territorial de UpyD
en Ceuta no lo sabe, nació manejado por cuatro listos de una
época que hicieron de él su finca particular. Y en ella, en
esa finca deportiva (!) a cuyo frente estaba un señorito que
odiaba y sigue odiando el fútbol, se cometían atropellos que
bien podían haber finalizado con algunas de aquellas
despóticas criaturas sentadas en el banquillo de los
acusados.
También diré, por si le vale de algo al ya reseñado
Domínguez, que a mí me fue posible descubrir tejemanejes,
líos, lindezas, chanchullos, abusos y aprovechamientos
indeseables en un organismo que era lo menos parecido,
durante sus primeros años, a un instituto deportivo. Sucede
que, por motivos que no vienen al caso explicar, he
preferido hasta el momento silenciar lo que pude presenciar
entonces. Y lo haré mientras alguien no decida tocarme
los... adminículos.
En fin, que me parece muy bien que el Coordinador
Territorial de UpyD en Ceuta, trate de comprobar si el IMD,
ahora ICD, que nació sin principios, ha mejorado o sigue
siendo ese lugar donde imponen sus criterios tres o cuatro
fulanos. Y que hicieron del lugar una especio de corte al
estilo de la presidida por Alejandro VI, donde todo
se centraba en actuar de forma nepótica y deplorable. Que
tenga suerte...
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