Es bueno que sean así las
relaciones entre las dos “casas grandes” de Ceuta, en la
Plaza de África y en la Plaza de los Reyes.
Y esto se ha logrado porque los responsables de cada una de
esas “casas” son personas de talante democrático, de
convicciones sólidas y deseosos de conseguir lo mejor para
Ceuta, desde sus correspondientes cargos.
De Juan Vivas, desde hace muchos años, conozco sus múltiples
aspectos favorables, siempre, a mantener la cordura y a
evitar cualquier tipo de enfrentamiento. Del delegado del
Gobierno, Fernández Chacón, se está viendo, desde que llegó
a Ceuta, que es un hombre, siempre pendiente para atender
todos los asuntos que son propios de su cargo, al tiempo que
está abierto a tratar con los demás, si eso conlleva algo
positivo para Ceuta a la que está representando.
En estos momentos, lo mejor que le podía suceder a Ceuta es
que delegado del Gobierno y presidente de la Ciudad Autónoma
sean de distinto grupo político y, a pesar de ello, sepan
entenderse como se entienden Juan Vivas y José Fernández
Chacón.
Estamos ante dos administraciones con distintos colores de
partidos a su frente, pero que en común tienden a lograr
todo lo más posible para que Ceuta salga beneficiada.
Esto quiere decir que atrás han quedado dos períodos que
aportaron, posiblemente, menos soluciones de las que se
necesitaban en su momento, además de que también hubo
algunos problemas que ahora no existen.
He dicho varias veces, y lo repito ahora mismo, que no me
parecía beneficioso para Ceuta que los dirigentes de la
Plaza de los Reyes y de la Plaza de África fueran del mismo
grupo político, puesto que con ello todas las actividades
llevaban un mismo sesgo sin que hubiera fuerza posible para
poder frenar actitudes que terminan en clientelismos,
siempre perjudiciales para algún sector. Algún ejemplo hay
de ello.
Ahora bien, si esto no es bueno, peor es que al ser de
distinto grupo los que dirijan esas dos instituciones, entre
ellos se vayan poniendo “zancadillas” para frenar el uno lo
que el otro esté haciendo.
Hasta hace pocos meses, durante un par de años, las
relaciones entre Delegación del Gobierno y Ciudad Autónoma
no fueron demasiado fluidas.
Se toleraban, porque no tenían otro remedio, pero poco más,
con lo que la tensión estaba, a diario, a flor de piel. Eso
no benefició a nadie.
Hoy, afortunadamente, eso ha pasado a mejor vida, y el hecho
de que a partir de ahora, al menos una vez al mes, haya un
encuentro entre Juan Vivas y Fernández Chacón, traerá una
mejor actividad de ambos con una mejor colaboración entre la
Ciudad Autónoma y el Gobierno de la Nación. En definitiva,
se lograrán mejores resultados para Ceuta que, a la postre,
es lo que deben y tienen que tratar de lograr ambos
políticos.
Mayores inversiones, mejores relaciones, más avances en todo
y, especialmente, un talante dialogante por parte de ambos,
que dan una imagen de cordura en el mundo político, incluso,
como es el caso, perteneciendo a dos partidos totalmente
diferentes.
Este puede ser el año de la cordura y las buenas relaciones
entre las dos instituciones, únicamente por haber sabido
interpretar el papel que a Vivas y a Fernández Chacón se les
ha encomendado.
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