Comenzó como una pequeña cantina, recibiendo a los militares
de la zona. Actualmente y gracias a un gran esfuerzo y
dedicación ha logrado crecer hasta convertirse en un mesón
de conocido renombre.
Famoso por sus filetillos y patatas a la brava, no hay nadie
que se marche sin probarlos antes. Es norma de la casa, todo
el que va, repite.
Todos coinciden en que la pieza clave que ha hecho que el
‘Mesón Bartolo’ llegue a convertirse en lo que es hoy por
hoy es, sin duda, Pilar, cocinera y esposa del propietario,
José Aurelio López Andrade. Con él, tuvimos el placer de
hablar en esta ocasión.
P- José Aurelio, cuéntenos, ¿Cuándo empezó en el mundo de la
hostelería?
R- Dedicado a la hostelería, de esta manera, hace poco.
Antes teníamos esto enfocado de otra manera, sobre todo
hacia la tropa militar de la zona. Cuando eso comenzó a
desaparecer pensamos en plantearnos el negocio de otra
manera, y así surgió el nuevo mesón.
P- ¿Cómo fue el comienzo?
R- Empezamos muy desde abajo. Al principio, la mayoría de
nuestros clientes eran familiares y amigos. Con el tiempo,
con mucha dedicación e ilusión, hemos conseguido subir.
Aunque para nosotros lo importante es mantenernos.
P- ¿Es muy duro dedicarse a la hostelería?
R- Sí, muy duro. Es dedicarle veinticinco horas al día,
durante trescientos setenta días al año.
P- ¿Es un negocio familiar?
R- Sí, puede decirse que sí. Trabajamos mi hermano y yo.
Nuestras mujeres también ayudan, por supuesto. Cuando hace
falta echar una mano nuestros hijos siempre están ahí. Aquí,
todos arrimamos el hombro.
P- ¿Cuál es vuestro día de descanso?
R- Abrimos todos los días menos los miércoles, que es
nuestro día de descanso.
P- ¿Llegáis a notar la tan anunciada crisis?
R- Mucho, es difícil no notarla. Hace meses que se viene
notando. Viene menos gente y la que viene se restringe más.
La mayoría de la gente no se permite postre.
En las parejas jóvenes, que son los que están empezando con
el tema de las hipotecas y demás, es donde más se nota.
P- ¿Cuál es el tipo de clientela del ‘Mesón Bartolo’?
R- Tenemos de todo tipo, la verdad. Ya contamos con
clientela habitual que siempre acaba volviendo.
Los viernes suele venir más gente joven, mientras que los
sábados son más para los matrimonios y las personas más
mayores.
P- ¿Qué se puede comer en ‘Bartolo’?
R- Tenemos una gran variedad en carnes y pescados, un gran
surtido en raciones.
Nuestra especialidad, lo que pide el noventa por ciento de
las mesas del local son las patatas a la brava y los
filetillos de la casa.
Si hay algo que nos caracteriza, frente a otros bares o
mesones es que ofrecemos una gran relación entre calidad,
cantidad y precio.
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