Respetable juez. No está en mi
ánimo dedicar hoy esta columna a su sesgada interpretación
de las matanzas ocurridas en nuestro país entre 1936 y 1939,
cuando los españoles perdieron la cabeza y prefirieron -unos
y otros- dirimir sus diferencias a tiros; tampoco matizarle
lo que es una evidencia histórica: las dos guerras civiles
en las que España se desangró. A la contienda entre los dos
bandos en pugna habría que añadir otra -y feroz- dentro del
seno de la República, entre socialistas y comunistas por un
lado y anarquistas por otro. Todavía, ¿sabe su Señoría?,
quedan repartidas por la piel de toro decenas de fosas
comunes con las víctimas de estas matanzas… entre
republicanos. Pero usted ya tiene esos datos, ¿verdad?. En
1939 no fue alegre el paso de la paz y la represión del
Régimen franquista durísima pero, dígame, viendo los
precedentes (sin ir más lejos acabando la guerra en Madrid),
¿cuál cree su señoría que habría sido la actitud del Frente
Popular caso de vencer en la guerra…? No, no es ninguna
fútil elucubración sin importancia, es una proyección lógica
visto lo que hay en un imaginario razonable. Seamos al menos
equilibrados.
Tampoco, Señoría, quería escribirle hoy sobre su correcta
actuación contra el corrupto y asesino general Pinochet, ni
sobre dictadorzuelos similares (siempre curiosamente, eso
sí, del mismo color político). No. Solo quiero llamar su
atención y la de mis estimados lectores sobre un genocida en
potencia, un criminal de guerra que no tupo empacho en
alentar, en su momento, el envío de niños y menores de edad
al frente en el transcurso de la Primera Guerra del Golfo
(Irak-irán), a fin de limpiar de minas el avance de las
fanatizadas tropas de la República Islámica de Irán.
Vera, Señoría: este individuo se llama Mahmud Ahmadineyad.
Intolerante y fanático como pocos, ha estado ligado a los
servicios secretos iraníes y promovido el terrorismo
islamista dentro del shiísmo, la segunda rama ideológica del
Islam. En la actualidad es presidente de la República
Islámica de Irán y, desde hace tiempo, no para de anunciar
la aniquilación de un miembro más de la Comunidad de
Naciones, el Estado de Israel; no para de proclamar su idea
de exterminar a todo un pueblo: hombres, mujeres y niños. En
una versión -no quiero decir iraní, el pueblo de Irán como
los de todo el mundo merece mi consideración y respeto-
regional de Adolfo Hitler, no ceja en promover el odio
religioso y racial, amenazando a sus vecinos. Curiosamente…
la fascista República Islámica de Irán es un aliado clave en
el diseño de la “Alianza de Civilizaciones”, el proyecto ese
del presidente Rodríguez Zapatero. ¿Se imagina, juez Garzón,
de lo que es capaz el señor Ahmadineyad cuando disponga de
armamento atómico…? Su discurso del pasado martes en las
Naciones Unidas me dio escalofríos, tanto por lo que dijo…
como por donde lo hizo. Señoría, sé que usted es además de
juez un hombre muy sensibilizado con los derechos humanos,
azote de dictadores y genocidas. ¿Por qué no le echa un poco
de valor y ordena su procesamiento…?: ¿espera usted a algo
o, quizás, hay motivos ocultos que impide a Su Señoría
proceder contra un criminal de guerra, un genocida
ideológico, un futuro asesino colectivo en serie…?. Sea
creíble, Señoría: ¡Procese usted ya al presidente
Ahmadineyad!.
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