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sociedad - VIERNES, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2008


Díaz (i) y Boticario (d).. a. samiñán.

centro asesor de la mujer
 

El CAM destaca que la terapia de familia “crea salud en la sociedad”

Cristina Pérez y María Jesús Boticario han impartido un curso especializado en la intervención y prevención de conflictos
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Desde el pasado lunes el Centro Asesor de la Mujer viene desarrollando un curso centrado en terapia familiar destacando el modelo sistémico-relacional, impartido por las psicólogas clínicas Cristina Pérez Díaz-Flor y María Jesús Boticario Galavis, quienes han insistido que en el tratamiento de un individuo con problemas debe participar el núcleo familiar, entorno más directo del desarrollo del ser humano.

Para comprender el uso de la terapia familiar, se debe partir de las siguientes bases. El individuo se desarrolla en un sistema, la familia; y aunque luego existe la elección personal, lo primero que adquiere el ser humano son los conocimientos de su entorno más directo. De ahí, que si ha sido en el núcleo familiar donde se ha desarrollado el individuo, sea en este, donde encuentre la ayuda necesaria para solucionar sus propios conflictos internos y externos.

A groso modo, esta ha sido la idea esencial del curso organizado por el Centro Asesor de la Mujer (CAM) sobre Terapia Familiar: modelo sistémico-relacional, impartido desde el pasado lunes por las psicólogas clínicas Cristina Pérez Díaz-Flor y María Jesús Boticario Galavís, y que concluirá en la jornada de mañana. Ambas advierten que en esta terapia “buscamos un cambio no sólo en la persona sino en toda la familia. En Ceuta hay muchos programas de integración que parten de lo efectivo trabajando lo afectivo”. Según advierten las expertas, la terapia de familia se ha convertido en el pilar fundamental de la sociedad, “escasa actualmente de valores y en la que el núcleo familiar se encuentra muy infravalorado”, de ahí que poner en marcha este tratamiento “es hacer salud en la sociedad”, explicó Cristina Pérez. El primer paso para poner en marcha esta técnica es la entrevista, “a la que asiste todo el sistema (familia) para compartir el resentimiento y el dolor del “paciente identificado”, el individuo que posee un problema y que también es responsable de lo que está ocurriendo. Por ello buscamos un cambio en todo el núcleo”, sintetizó María Jesús Boticario. Las profesionales, para las curas, realizan prescripciones. Es decir, en lugar de utilizar medicamentos proponen una comunicación alternativa. “Por ejemplo, que una pareja en lugar de discutir, se siente todos los días cinco minutos a conversar. Por eso decimos que donde se implica y se apoya un individuo es en la familia, en su entorno más directo. Y todo se puede solucionar dentro de ella”, concluyeron.
 

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