No para de cambiar el tiempo. Ora
llueve, ora sopla con fuerza el viento… se nota que éste
otoño viene totalmente cambiado. No es el que era, es otro.
Tanto se nota el cambio que hasta entidades de solera
cambian de manera invertida para regresar a actuaciones de
épocas pasadas.
Un escritora, aficionada o profesional eso no lo sé, que
acababa de ganar el primer premio de un concurso literario
se enfada por el comportamiento de un político ceutí que
representaba al alcalde, o presidente, de Ceuta en un acto
cultural.
El enfado la lleva a publicar una nota en la que recrimina
la actitud del político en cuestión a la vez que ensalza a
los ceutíes residentes en Catalunya.
Hasta aquí todo correcto, ya que opiniones, quejas y/o
reclamaciones las hay de todos los gustos y todo el mundo
puede decir o escribir la suya sin cortapisas. Lo incorrecto
viene después.
Abriendo un inciso, mis opiniones la ven Vds. casi cada día.
Puede ser opiniones equivocadas o no pero no dejan de ser
opiniones ¿verdad? Por ello ahí va la mía: algunos políticos
de la ciudad, caballas o no, se creen semidioses y así se
muestran en el trato con los demás que no son de su misma o
similar clase. Carecen por completo de nociones de
diplomacia y cuando participan en actos públicos levantan la
cabeza como mirando por encima de los demás. Los políticos
que asumen cargos “inferiores” son los peores. Cierro el
inciso.
Una persona puede opinar libremente y expresar lo que siente
hacía otra persona, dentro del con-texto que implican los
hechos que dan lugar a la opinión, y la lógica en la
cuestión de réplica entra en que sea respondida por quién se
siente aludido directamente. Obvio es que no se incluye la
acepta-ción de insultos que lleven a la ofensa personal.
Por ello, en mi opinión y creo que en la de muchos, es
totalmente inconcebible que una entidad cultural y
representativa de un sector de la población ceutí en tierras
alejadas salga en defensa de los políticos, en éste caso
concreto del político ceutí mencionado antes, y agreda
moralmente a la persona que tenía derecho a ser agasajada.
Si la réplica a la queja de la escritora hubiera sido
realizada por un/a admirador/a a título personal, el
problema se habría reducido a una polémica infantil entre
dos personas… aunque él o la replicante no debería meterse
en asuntos que no le afectan directa ni indirectamente. Pero
que provenga de una entidad sólo puedo conducir a, como bien
dice un buen amigo mío, que esa entidad quede retratada como
retrógrada y dictatorial.
En lamentable situación ha quedado la entidad actora de tal
desatino ante la opinión de quienes, siendo socios, no se
sienten representados por la misma en su versión de apoyar a
políticos, sean del partido que sean, en una intervención
fuera de tono y lugar contra una persona que hace uso de su
derecho a la queja.
Esta muestra de “peloteo”, que no pelotazo, resulta
sumamente inconcebible, repito, porque ofrece a la luz
pública la realidad de la existencia de éste tipo de
asociaciones o entidades culturales que esconden fines
políticos por vía reaccionaria y retrógrada. No creo,
sinceramente, que se tenga que hacer la pelota a un político
porque éste político lleve la cuestión de las subvenciones
de la misma.
Si eso fuera así, sería una actuación partidista
improcedente porque, al salir a la luz esta polémica réplica
dará ocasión a que la entidad quede marcada y en un
hipotético cambio político se vea en problemas.
Siendo como soy socio de la entidad que menciono en éste
artículo, mucho no habrá que pensar para seguir siéndolo si
continúan utilizándola con fines ajenos a los que fue
creada. Una cosa es que los socios se metan en política y
hablen de ella, eso es a título personal, y otra cosa que se
utilice a los socios para polemizar sin haber sido aprobado
en asamblea. Ni debería mencionarse siquiera.
En fin, como creo que todo esto es una pequeñísima parte de
los problemas generales que levan-tan polémicas, allá donde
ocurren, lo dejaré correr por ahora si no vuelven a las
andadas. Pedir por mi parte una rectificación no viene al
caso porque no soy el aludido… si lo fuera, mucho pelo
caería.
Entretanto el tiempo sigue inestable, todo el cielo cubierto
me provoca dolor de cabeza y la vista se me queda tan
cansada que dan ganas de cerrar el artículo. Eso hago.
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