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OPINIÓN - JUEVES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

El Consejo de Ulemas y el cretino del imám
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Me remito, para que retomen el hilo, al “Sniper” del pasado domingo día 14: “El sexo, el Corán y el cretino del Imám”. Si recuerdan, ponía el grito en el cielo de todos sobre la desquiciada “fatwa” de un imám marroquí, un tal Al Maghraoui, en la que se legalizaba el matrimonio religioso entre un hombre adulto y una pequeña puesto que “una niña de 9 años da con frecuencia mejor resultado en la cama que una joven de 20”. El asunto levantó una polvareda de críticas en el seno de la sociedad civil de nuestro vecino país del sur. En la misma columna, me preguntaba cual iba a ser la respuesta de las autoridades marroquíes.

Pues bien, coincidiendo casi con la visita de Mohamed VI a las tierras del norte fronterizas con Ceuta (Tetuán, Rincón y Castillejos), el Consejo Superior de Ulemas del Reino ha decidido finalmente reaccionar por boca de su secretario general, Mohamed Yessef, emitiendo este fin de semana un comunicado en el que se denuncia “la utilización de la religión para legitimar el matrimonio de pequeñas de nueve años”, una presunta “fatwa” en su percepción “aberrante” y “abominable”, condenable tanto en la forma (el Consejo Superior de Ulemas es el único organismo competente en Marruecos para emitir “fatwas”) como en el fondo: no hay precedentes en la historia del Islam de ningún ulema que haya utilizado las particularidades internas de la vida del Profeta para emitir una “fatwa” como ésta. Según esta reconocida institución, el tal Mohamed Ben Abderrahmán Al Maghraoui sería “una persona conocida por sus tendencias a la subversión y a la amalgama alrededor de las constantes de la Umma y de su rito”, legitimando “el matrimonio de pequeñas de nueve años de edad, argumentando toda una serie de suposiciones sacadas de su propia percepción, que él quiere deducir por la evocación del casamiento del Profeta, sobre Él la paz y la bendición, con Aisha, por gracia de Dios, entonces con nueve años de edad”. El Consejo de Ulemas del Reino de Marruecos señala también, invocando numerosos hadices en referencia al matrimonio de Mahoma con la pequeña Aisha, que entre el compromiso de boda y el establecimiento del acto del matrimonio propiamente dicho habría, ciertamente, una diferencia de muchos años.

En Marruecos, un país en acelerada mutación social, se vive con preocupación la proliferación de “fatwas anárquicas”, en acertada expresión del abogado rabatí Mourad Bakoury, quien ha apelado a la Justicia para que tome cartas en el asunto y encauce este peligroso fenómeno, que además en este caso vulneraría el Código de la Familia o Mudawana, como reconoció recientemente el portavoz del Gobierno, Khalid Naciri: “La edad legal del matrimonio en Marruecos está fijada en 18 años. Si no, se trataría de la trasgresión de la ley votada unánimemente por el Parlamento”. Las cartas están boca arriba. Falta ahora que de las críticas se pase a la acción, único movimiento que puede ejercer un efecto disuasivo en el atomizado campo de la religión islámica en el que viven los marroquíes, presionados por corrientes insanas y rigoristas alejadas de la versión equilibrada del Islam preconizada por la máxima autoridad religiosa, el rey Mohamed VI en su papel de “Amir Al Moumenim”. Que intervenga, ya es hora, la Fiscalía del Reino.
 

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