OPINIÓN - MIÉRCOLES, 24 DE SEPTIEMBRE DE 2008

Colaboración y coordinación

Es evidente que tanto el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta como el delegado del Gobierno han ‘conectado’ en el interés por trabajar en la mejora y desarrollo del futuro de la ciudad autónoma. Hay ejemplos más que claros que los representantes de ambas administraciones dan claras muestras de que, aún siendo importante la pertenencia a un concreto partido político -en este caso divergentes-, la responsabilidad en quienes ostentan cargos públicos por el denominado ‘bien general’ hace que la colaboración, el apoyo y el respaldo prevalezca por encima de cuestiones partidistas.

Es una evidencia que Ceuta es una ciudad con singularidades de tal calado que, en muchas ocasiones, el rifi rafe político en asuntos de diferente índole y de común excusa en cualesquiera otras regiones de España, aquí ha de tratarse de modo distinto... de otro modo, con inteligencia, con pragmatismo... con alturas de miras.

Las circunstancias de la ciudad autónoma, a veces tan sóla geográficamente hablando, con sus vicisitudes diarias, la llevan a ser considerada, desde la evidente responsabilidad exigible a quienes tienen el poder del verdadero mando sobre el futuro de la ciudad, como asunto de especial atención, por su carácter localización estratégica y por ser considerad, desde el aspecto más positivo, como un asunto de Estado.

PSOE y PP tienen la obligación, por ser las grandes formaciones políticas del país, de fomentar, trabajar en común y desplegar su respaldo y apoyo más cercano a Ceuta y también a Melilla. Algo que es una obligación, se convierte en circunstancia más amena y digerible entre rivales políticos cuando el trato y las relaciones cordiales forman parte de la cotidianidad.

Y en esto, si Vivas era un ejemplo, Fernández Chacón es la horma de su zapato. Ambos, con un talante dialogante, cercano y de alta responsabilidad -la procesión siempre va por dentro no se olviden-, ponen siempre por delante la voluntad de colaboración porque los ciudadanos, especialmente los de Ceuta, no merecen un exceso de discordia y sí más atención.