En los años cincuenta, el cineasta
Luis García Berlanga, dirigió la película “Bienvenido Mr.
Marshall” en la que relataba, en tono de crítica soterrada,
la situación económica de España y la relacionaba con la
puesta en marcha de un plan de ayudas por parte americana
para, después de la catástrofe de la segunda guerra mundial,
reconstruir Europa (por cierto ayudas para las que no se
tuvo en cuenta a nuestra nación). Y así veíamos como el
alcalde de Villar del Rio (José Isbert) decide, ante la
noticia de la llegada al mismo de una comisión del Plan
Marhsall, disfrazar a toda la población al mas puro estilo
andaluz a fin de sorprender a sus visitantes para obtener
mayor ayuda financiera, aliándose a tal fin con un
represente (Manolo Morán) y la artista del género andaluz (Lolita
Sevilla).
En la actualidad estamos viviendo, aun cuando no
oficializado como plan de ayuda para superar la recesión
económica de muchos países, (¿quién ha dicho “crisis”?)
situación que nos ha sumido en un estado de desasosiego e
intranquilidad (“todo debido, unas veces a la subida del
precio del petróleo, otras, a la burbuja de la construcción
y, últimamente, a la crisis financiera de los EE.UU. y al
caos por la concesión de créditos o hipotecas “sub-prime”
según nuestro presidente del gobierno) con lo que se ha
llegado al enfrentamiento entre los diversos partidos
políticos en comparecencias tanto en la Cámara de Diputados
como en los medios de comunicación del Presidente del
Gobierno, Vicepresidenta 1ª y Vicepresidente 2º y sus
correspondientes opositores Mariano Rajoy, Duran y Lleida,
Erkorica, Llamazares, etc.
Por otro lado, con la intervención del Presidente Bush y las
medidas económicas adoptadas por su gobierno inyectando
miles de millones de dólares en la banca, respaldando la
nacionalización de la American Internacional Group (AIG),
animando los mercados financieros hasta el punto de
lograrse, por ejemplo en la bolsa española, el incremento
más alto registrado en los últimos diez años, se ha logrado,
también, aliviar la crisis que ha erosionado gravemente el
sistema financiero mundial y, por ende, el español siendo
esencial para ello la intervención de los Estados Unidos,
todo ello antes de la llegada de un temido “corralito”
(invento argentino que consistía en la restricción a la
extracción de dinero efectivo aunque fueran de plazos fijos,
de cuentas corrientes o de cuentas de ahorro).
Ante todo ello nuestro gobierno insiste en el incremento de
ayudas sociales (pensiones, desempleo, vivienda, nacimiento
de hijos, a personas dependientes, etc.) y, en definitiva,
en la “socialización” de nuestra política económica,
cuestión muy loable siempre que se disponga de los medios
para cubrir los gastos del Estado, so pena de verse
inmiscuidos, caso contrario, en una vorágine que nos
llevaría a la banca rota y al desastre económico de nuestra
nación.
Por todo ello, no vendría mal que a nuestro Presidente se le
recordara lo que fue el “Plan Marshall” para que viera como
en los años cincuenta esta ayuda americana produjo el
“milagro alemán” y no pocas soluciones a las crisis de todos
los países europeos, exceptuando, por decisión de los
mismos, los de influencia soviética. Y luego, en vez del
desprecio ofrecido a la bandera de los EE. UU. con ocasión
de un acto de las Fuerzas Armadas Españolas, o romper el
acuerdo de la estancia de tropas en Irak, cantara, como lo
hiciera Lolita Sevilla (en una película que podría llamarse
“Bienvenido Mr. Bush”) aquello de “americanos, vienen a
España guapos y sanos, viva el tronío, de un gran pueblo con
poderío…”
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