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La hora de rendir cuentas ante la
Justicia ha llegado para Kassen El Yassin, presunto asesino
de la pequeña niña Suhaila a la que le arrebaron la vida con
sólo siete años de plena inocencia.
El brutal y despiadado acto violento, jamás conocido en
Ceuta, conmocionó a la ciudad hace ahora dos años e hizo
temblar los sentimientos de sus propios vecinos. ¿Quién
puede ser tan desalmado y falto de escrúpulos para robarle
la vida a una inocente pequeña de siete años?. Lo cierto es
que todas las pruebas y los testigos señalan a una persona,
Kassen El Yassin que es el presunto asesino, detenido pocas
horas después de la muerte de Suhaila y que ha permanecido
encerrado en la cárcel algecireña de Botafuego hasta que el
pasado viernes la Guardia Civil lo trasladó hasta Los
Rosales para ser juzgado.
Once ciudadanos deberán, desde hoy, conocer todos los
detalles aportados tanto en la investigación policial como
en la instrucción de este lamentable caso en el que, de
momento, sólo hay una persona encausada: el presunto
asesino.
Sin embargo, la Justicia deberá aclarar no sólo
fehacientemente que fue el detenido el autor material de los
hechos, sino que debe ir más allá en función de dar
respuestas a preguntas que aún han quedado sin ser aclaradas
dos años después.
¿Qué hacía la pequeña Suhaila sola encerrada bajo llaves en
la caracola de Príncipe Felipe? ¿Cómo no puede exigírsele
responsabilidad a quien la dejó abandonada bajo llaves
durante más de ocho horas?. ¿Quién ayudó al presunto asesino
a limpiarse de la sangre de la que se impregnó y cambiarse
de ropa para poder escapar por la frontera a Marruecos?.
¿Tendrá Suhaila justicia de verdad y pagarán todos los que,
por acción u omisión, consiguieron que esta pequeña apagara
repentinamente la luz de su vida?.
El juicio comienza hoy en vista pública en la Sala VI de la
Audiencia Provincial. Ante el juez y ante el jurado pasarán
uno a uno todos los testigos y se conocerán las pruebas, los
exámenes del forense, los informes de la Policía Científica,
los de la investigación... Que haya justicia para Suhaila.
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OPINIÓN / EDITORIAL
