Dese La Plaza de la Constitución hasta la Iglesia de Los
Remedios, el cambio dado a la arteria comercial más
emblemática de Ceuta ha sido espectacular, si bien ese
último tramo desde Plaza de los Reyes hasta Los Remedios aún
no ha concluido.
Rebellín, Camoens, Calle Real, la propia Plaza de los Reyes
han experimentado por decisión del Gobierno de Vivas, la
mayor transformación de toda su historia moderna.
Calles hasta hace poco antiguas, sucias, resbaladizas y
decadentes, se han convertido y no por arte de magia, en
nuevos espacios destinados al ocio y al comercio sin tener
que envidiar nada a espacios semejantes de otras ciudades
españolas.
No hay que hacer grandes ejercicios de memoria para
visualizar decenas de coches en doble fila, basuras a las
puertas de los comercios, ruidos y demás elementos
destinados a hacer de esos espacios algo desagradable, algo
impropio de una ciudad que deseaba estar a la altura de los
tiempos.
A la inversión destinada a darle un aire moderno a esos
espacios, es de justicia añadir el cuidado y el esferazo
paralelo destinados a recuperar y realzar determinados
inmuebles y espacios ubicados en la zona, como el edificio
Trujillo, joya arquitectónica modernista, que estaba
deteriorándose por momentos, la plaza del Teniente Ruiz, la
casa de los dragones, la casa marañes o la propia iglesia de
San Francisco que da paso a la propia plaza de los Reyes,
con cuya remodelación se ha obtenido además un aparcamiento
subterráneo tan necesario para la vida de su entorno.
Y en medio de todo este trazado, se culmina la genial obra
de Siza, en la manzana del Revellín, que además de aportar
la singularidad de la arquitectura del genio portugués,
entrega al servicio de todos los ciudadanos las mejores
dotaciones culturales, de ocio y de servicios de los últimos
tiempos.
Cuantificar todo este esfuerzo inversor es una terapia a la
que el Gobierno de Ceuta debería dedicarse con más denuedo,
para seguir mostrando la eficacia de su acción frente a
quienes denuncian parálisis o falta de iniciativa.
Todo este conjunto de actuaciones, no sólo han permitido
cambiar radicalmente la imagen de nuestra zona comercial más
emblemática, sino que con ello se ha propiciado la ubicación
de numerosas firmas comerciales de gran notoriedad, que han
generado empleo, actividad económica y han incrementado la
oferta de Ceuta de modo sustancial, sumándose a ello las
iniciativas de mejora de sus establecimientos de
comerciantes de Ceuta, para competir en imagen y en calidad
y servicio con cualquier ciudad de nuestro entorno.
Sin exagerar, que no sirve para nada, la imagen de Ceuta ha
cambiado en pocos años gracias a actuaciones como esta, lo
que durante décadas debió construirse poco a poco,
anticipándose a los tiempos y a los cambios experimentados
en toda España.
Es difícil, que una ciudad de las características de Ceuta
pueda tener un esplendoroso desarrollo industrial, pero en
materia de comercio, la experiencia de Ceuta es milenaria y
sólo hacía falta que la administración pusiese de su parte
lo necesario: crear espacios adecuados que inviten y
atraigan al consumidor tanto propio como foráneo.
Pero durante años, nuestros gobernantes se dedicaron a
diatribas políticas ancladas en el más rancio localismo, que
podían servir a su propia causa partidista, en tanto que
otras ciudades se dedicaban a lo auténtico: a prepararse
para el futuro.
La llegada de Vivas al poder, supuso para los ceutíes un
nuevo estilo de gobierno y el establecimiento de otras
prioridades, basadas en la lógica, el sentido común, el
análisis de nuestro entorno y las posibilidades de Ceuta y
el resultado ha sido satisfactorio. Huyendo de debates
estériles, Vivas se dedicó desde el principio a disminuir la
ventaja que nos llevaban los demás y a aproximar a Ceuta a
su entorno natural.
Que duda cabe, que queda mucho por hacer, que hay que seguir
perseverando, observando a los que van por delante y
proponiendo para Ceuta retos semejantes y en la consecución
de nuevos objetivos debemos todos arrimar el hombro y seguir
huyendo de los cuentistas.
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