Con un fracaso escolar estimado en
un 30,8%, lo que se traduce en que cada año 135.000 jóvenes
españoles no alcanzan los objetivos educativos que les
corresponden, se encuentra nuestro país. Así, se desprende
de un estudio realizado por la publicación “Magisterio”. El
informe revela que entre 2000 y 2006, año en que concluye el
período de análisis del documento, el fracaso creció 4,3
puntos y que en los dos últimos años de referencia se
acumuló un incremento de 2,3 puntos, 1,2 en el año 2006.
Según las conclusiones difundidas por la publicación, la
autonomía con mayor fracaso es Ceuta, con 52%; Valencia
(39,7%), Baleares (38%) y nuestra ciudad hermana, Melilla
(37,5%). Las de menos fracaso son Asturias (16,5%) y País
Vasco (17%).
Conviene destacar las diferencias acusadas, por ejemplo, la
referida por sexos: Así, mientras fracasa un 23,6% de
mujeres, el porcentaje de hombres que no alcanza la
titulación mínima exigida, llega al 37,6%, lo que se
concreta en 14 puntos más.
El informe de la publicación sostiene que, con estas
conclusiones, hay que retrasar la posibilidad de cumplir los
objetivos de la Declaración de Lisboa para 2010, referidos
al abandono educativo temprano y al nivel educativo de los
jóvenes, al menos hasta 2015. Las previsiones fijan en un
85% el porcentaje de alumnos que deben conseguir el título
de Secundaria Postobligatoria (Bachillerato o FP) o lo que
es igual, el fracaso debe descender hasta el 15%.
La interpretación de los datos dice que, “aunque el aumento
de la inmigración puede influir en el aumento de la tasa”,
otros datos extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA),
“permiten suponer que el aumento del fracaso escolar debido
a la Inmigración desde 2000 es de aproximadamente dos
puntos, por lo que la mitad de la variación es independiente
de los fenómenos migratorios, y se nutre íntegramente de los
estudiantes españoles”.
Es lamentable que nuestra ciudad se encuentre en el grupo
más distante de alcanzar la Declaración de Lisboa para 2010,
junto a la Comunidad Valenciana, Baleares, Melilla y
Canarias. Y muy sorprendente la diferencia que existe entre
las dos ciudades autónomas (14,5%), cuando presentan ambas
similares características, y obligándonos a decir qué es lo
que en Ceuta se hace tan mal, para no igualar, al menos, con
los melillenses.
En el estudio, en el mejor de los grupos, muy cerca de
alcanzar los objetivos de la Declaración de Lisboa, se
encuentran Castilla y León, Galicia, Cantabria, Navarra,
País Vasco y Asturias, cuyos porcentajes guardan algunas
diferencias con el Informe Pisa -2006, ya que en éste,
Asturias y País Vasco obtenían resultados muy negativos.
Sobre estos datos, el Ministerio de Educación, Política
Social y Deporte, los calificó de “manipulados, anticuados y
técnicamente incorrectos”. Un portavoz indicó que “en el
estudio no se han tenido en cuenta los programas de mejora
creados por la LOE”. Esta fuente recordó las palabras de la
Ministra en el Parlamento, el pasado mes de Mayo, según las
cuales la tasa de alumnos que no acaba la ESO es del 28,6% y
la de titulados en Bachillerato y FP, del 61,1%.
Al mismo tiempo, aparece un Informe de la Organización para
la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), donde no
salimos bien parados. El porcentaje de alumnos que aprueban
la enseñanza secundaria superior y de los que concluyen una
carrera universitaria se ha estancado en España en los
últimos años. En ambos casos los porcentajes están por
debajo de la media de los países de la OCDE.
Por lo que se refiere a la Secundaria y en relación a 2006,
que es el último año contabilizado por el Informe, el 72% de
los jóvenes con edad de realizar esos estudios obtuvo el
Certificado correspondiente. Se trata del mismo porcentaje
que en 2005. La media de la OCDE está en el 83% y el de los
principales países europeos en el 86%.
El estancamiento es más profundo en los estudios
universitarios. En 2006 concluyeron en España su carrera el
33% de los jóvenes con edad para ello, nivel que se repite
desde 2004. Ello ha hecho que si bien España llevaba años
por encima de la media de la OCDE, desde 2003 ha quedado por
debajo. Está situado en el 37%.
Uno de los resultados más destacados del estudio es que en
los últimos diez años, el nivel de estudiantes que sale de
la Secundaria e ingresa en la Universidad ha aumentado en el
conjunto de la OCDE en ocho millones, pasándose del 37 al
57%. España, en los últimos años ha reducido su aportación
que, junto a Austria, es el único país en el que ha
decrecido el número de estudiantes universitarios entre 2000
y 2005.
Además, las universidades españolas atraen poco a los
estudiantes extranjeros. Sólo el 1,7% de estudiantes
procedentes de otros países, estaban matriculados en centros
españoles en 2006.
En cuanto al volumen de población que ha completado estudios
secundarios, España todavía está por detrás de otros países
europeos, el 64% de jóvenes entre 25 y 34 años ha cursado y
terminado secundaria, frente al 78% de la OCDE, y sólo el
50% de los españoles de entre 25 y 64 años tiene el título
de Secundaria, cuando la media de la OCDE está en el 68%. El
análisis de todos estos datos resulta descorazonador, al
comprobar que el nivel de nuestra enseñanza se encuentra en
la cola de Europa, incluso por detrás de países del Este. Y,
bueno será que nuestros responsables se pongan a hacer los
deberes para evitar que nuestros estudiantes tengan tan
exiguo nivel de conocimientos.
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