La Junta Rectora de la comunidad de propietarios del
edificio Florencia situado en calle Real 40 apuesta por un
uso “exclusivamente peatonal” para la vía, aprovechando el
momento actual en que ésta se está reformando. Rafael
Atencia, portavoz de la junta considera que existe un
“agravio comparativo” con el Revellín y Camoens, vías que
tras ser rehabilitadas fueron cerradas al tráfico rodado.
Un centro peatonal es sinónimo de grandes flujos de gente.
Ello lleva consigo compras en establecimientos. Es en suma
una calle que rezuma vida y movimiento. Esta es la relación
sobre la que se basan las últimas demandas elevadas al
gobierno de la Ciudad por representantes vecinales y
comerciales de los distintos tramos de la calle Real.
Así, la Junta Rectora de la comunidad de propietarios del
edificio Florencia, situado en la calle Real 40 y que ocupa
el 99% de la vía a lo largo de esta, apostó ayer, mediante
una nota dirigida a los medios, por un futuro
“exclusivamente peatonal” para la vía.
Los representantes de esta comunidad entienden que la
peatonalización de la vía contribuiría a la revalorización
de las viviendas y locales y a la reactivación comercial.
Rafael Atencia, portavoz de la Junta Rectora, habló de un
“agravio comparativo” respecto a otras céntricas vías
rehabilitadas en el pasado como Camoens o el Revellín.
Asimismo, Atencia consideró que el uso semipeatonal es el
primer paso para la apertura total al tráfico rodado. “El
paseo de las Palmeras es un claro ejemplo de ello”, añadió.
Una zona en el punto de mira de los comerciantes que hablan
de la necesidad de revitalizar la vía.
El presidente de la Ciudad visitó hace algunas semanas las
obras en desarrollo en la calle Real y apostó por el futuro
semipeatonal.
La dificultad para contentar a las partes es máxima habida
cuenta de que la calle Real es una arteria vial y existe la
necesidad de que el autobús urbano llegue por la zona.
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