Gracias al satélite puedo ponerme
en contacto con ustedes, mientras tras un rápido chapuzón
(el agua cortaba como un machete) seco al sol como Adán y
Eva antes de caer en desgracia en el Paraíso Terrenal, a la
vera -¡no se lo van a creer!- de la casa rural en la que
Rodríguez Zapatero y familia disfrutaron de parte de sus
vacaciones el año pasado, en Los Oscos, a un tiro de piedra
de mi montuno y sobrio refugio. ¡Estoy emocionado!. Un lujo,
digo.
La MAP ratifica lo que ayer mismo por la noche me
adelantaban, la colaboración marroquí en la lucha contra la
inmigración irregular (no quiero emplear el término
“ilegal”: ilegales es la situación, no las personas): 60
subsaharianos (¡algunos procedentes incluso de la lejana
Sudáfrica!) fueron interceptados el pasado día 14 en el
bosque de Taurint, próximo a Nador, por las Fuerzas
Auxiliares y la Gendarmería Real; según fuentes del vecino
país, la intención de este grupo era tomar al asalto uno de
los puestos fronterizos (se cita el de Barrio Chino-Farjana-Beni
Ansar) y entrar, por las bravas, en la hermana ciudad de
Melilla. Sin duda un dato positivo, pese a los incidentes y
cortes que en los últimos tiempos vive la frontera de
Melilla que podrían reproducirse, en cualquier momento, en
el paso fronterizo de “El Tarajal”, en Ceuta… No es
“futurismo”, es análisis datos de campo en mano, dependiendo
en parte de la política interna de la Ciudad Autónoma en el
campo de la gestión con la comunidad musulmana. ¿Ingerencia
marroquí…?. A ver, de alguna forma siempre la ha habido: no
es un secreto que, desde Rabat, se estudia con lupa todo lo
que acontece en Ceuta, de la misma forma que las autoridades
españoles siguen con atención los acontecimientos del norte
de Marruecos. El juego está claro, a ver si no se cometen
errores gordillos que afecten a la credibilidad y buen
nombre de este entrañable terruño español enclavado en la
geografía africana. ¡Ah chof, jai!, ¿no crees?. Digo, otra
vez.
¿Los Beatles…? Ah sí, por supuesto. Otro extremista de
mierda natural de Siria (disculpe el lector la expresión
pero, ¿qué nombre le ponemos al “animal”… con perdón para
los auténticos animales?) refugiado en Líbano tras ser
expulsado del Reino Unido, Omar Bakri (carne de plomo como
todos), ha amenazado al ex beatle Paul MacCartney con
asesinarle si llega a actuar en Israel, con motivo de las
celebraciones del 60 aniversario de la Independencia. El
reputado y mítico artista de 65 años tiene previsto celebrar
un concierto, el próximo 25 de septiembre, en el parque
Hayarkón de Tel Aviv, pese a las presiones de grupos
islamistas (muy “democráticos” ellos, como puede advertirse)
para que cancele su actuación. Es evidente que el tal Bakri
y el resto de esta gentuza son una amenaza pública, bien ha
hecho Londres en expulsarlo sin contemplaciones, ahora bien:
¿cuántos hay en Europa, dentro de la comunidad emigrante
musulmana o nacionalizados ya, que piensan como ese
energúmeno…?. Esa es la cuestión. Israel es un legítimo
miembro de la Comunidad de Naciones, como todas las demás:
ni mejor, ni peor. El Estado de Israel es, naturalmente,
susceptible de todas las críticas que quieran, salvo una: su
derecho a la existencia, el derecho a vivir en paz dentro de
fronteras seguras y reconocidas. Hoy día el antiisraelismo
no es sino una asquerosa forma, mendaz y solapada, del
antisemitismo de siempre. Digo, por tercera vez.
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