El clima es una repetición
constante y previsible de ciclos iguales que, sin embargo,
no despiertan el interés de los responsables de seguridad
ciudadana en la prevención de incidencias de una manera
seria y contundente.
Seguirá lloviendo, seguirán inundándose las ciudades,
seguirá muriendo gente… mientras la Iglesia proclama que es
designio de Dios. Mal chiste.
Se sabe, por otra parte, que las religiones esclavizan a los
pueblos. Sobre todo las religiones monoteistas. Si no que lo
pregunten al papa Benedicto XVI. ¿Por qué alentó a los
jóvenes que sean libres y a oponerse al nihilismo? ¿Por qué
afirmó que el hombre puede superar el hambre pero no pueden
vivir allí donde la verdad y la justicia de la Iglesia están
prohibidas?
Sobre ser libres y oponerse al nihilismo existe la
contradicción de que uno no puede pensar libremente en
negarse a lo que no es evidente. No creo que el papa ignore
que el nihilismo es una actitud filosófica y no una
tendencia filosófica estrictamente definida.
No creo que el papa Benedicto XVI ignore que el nihilismo
hace una negación a todo lo que predique una finalidad
superior o de cosas que no tienen una explicación
verificable.
Para hablar de hambre imagino que el papa Benedicto XVI
sabrá que en condiciones normales de alimentación, aquella
suele aparecer, como mínimo, unas cuatro horas después de la
última comida y que la sensación es algo natural y que es
una ventaja para la Iglesia porque la privación de alimento
induce a la somnolencia, atenúa las emociones e impide
pensar con normalidad.
No creo que pase por alto, el papa Benedicto XVI, que el
deseo de comer diluye los valores morales y el hambre
extrema puede tener un efecto deshumanizador que lleve al
robo, al asesinato y al canibalismo… ¿Cómo ratifica que el
hombre puede superar el hambre?
Por ello, el papa Benedicto XVI (cuando escribo papa quiero
escribir toda la Iglesia) cuando asegura que el hombre no
puede vivir en donde la verdad y la justicia de “su” Iglesia
están prohibidas si sabe que, en términos generales, la
verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la
sinceridad –virtudes de que adolece su posición-, está
asegurando que el hombre debe someterse, casi esclavizarse,
a los designios que emanen de la Curia y por eso en muchos
sitios no se acepta, cuando no lo prohíben.
Las sutiles palabras del papa no pueden afectar a una
juventud que vive a la última, juventud ávida de vivir. Los
jóvenes de hoy, del siglo XXI, no ignoran que la verdad
suele definirse como la conformidad existente entre lo que
se expresa y la situación real de algo o el concepto real
que se tiene acerca de un tema.
En cuanto a “su” justicia, podemos introducir lo que en
Derecho se conoce como espíritu de la Ley y que no es más
que lo que define lo inmaterial o “moral” que una ley
encierra y precisamente la ley de la Iglesia presenta tanta
desambiguación que resulta muchas veces ilógica aceptarla.
Es totalmente tragicómico que la Iglesia tache de criminales
a los que abortan y llegue a celebrar misas por las almas de
los concebidos abortados cuando, durante mucho tiempo,
consideraron a los no bautizados como no válidos para entrar
en el Cielo, en su Cielo. Como mínimo en el, hoy extinguido,
Limbo.
Tan tragicómico como la declaración de que aunque los
legisladores y los ministros permitan el crimen del aborto,
la ciencia y la razón humana, avalada por declaraciones
internacionales de derechos humanos, lo condenan… ¡Atención
a todos los masturbadores! Cada paja comprende condenas por
los millones de espermatozoides asesinados con alevosía y
por los óvulos que revientan al no ser fertilizados. O sea
que todo el mundo al infierno.
Si el pobre y vilipendiado Cristo levantara la cabeza y
viera que “su” pretendida Iglesia se preocupa tanto por el
sexo, siendo totalmente misógina… ¡apaga y vámonos!
Es de ciencia que los productores de esperma se hinchan
desmesuradamente si no utilizan la válvula de escape… ¿Cómo
lo harán los miembros de la Curia para no reventárselos?, en
éste caso ¿No se considerarán criminales?
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