Inteligente y rápido de reflejos, de verbo apasionado y
carácter hipercrítico, este hombre de origen sefardí nacido
en Fez el 5 de enero de 1934 desarrolló pronto el sentido de
la ética y el compromiso político que le caracterizan,
siendo uno de los históricos militantes comunistas
marroquíes.. Después de jubilarse en la Universidad Mohamed
V, en la que fue responsable del departamento de español, es
nombrado Secretario General de la Fundación Cultural
Judío-Marroquí, siendo actualmente director del Museo Judío
de Casablanca. Este reconocido hispanista entiende el “dariya”,
la lengua del día a día, como un reflejo de las relaciones
seculares entre España y Marruecos, defendiendo a la vez de
forma encendida y radical “mi país, un Marruecos
multicultural y multirracial”, “del que debe salvaguardarse
su rico patrimonio hebreo, que está pasando desapercibido en
las actuales celebraciones sobre la fundación de Fez”. Simón
Levy no oculta fuertes críticas al Estado de Israel,
mientras muestra su profunda preocupación por el avance del
islamismo radical en Marruecos, incluyendo como tal al
islamismo parlamentario del que, recojo sus palabras, “no me
fío. Ocultan sus intenciones reales y son como el Caballo de
Troya. Desde los atentados terroristas de Casablanca, el
islamismo de uno u otro signo está intentando romper el
Islam de la tolerancia, el Islam tradicional en un Marruecos
plural, es una grave amenaza para la convivencia”.
Desayunando no hace tanto en su austero y céntrico domicilio
de Casablanca, este intelectual de vigorosa personalidad
hacía un repaso a la realidad de su país e internacional, no
dejando títere con cabeza. “Ahora somos tan solo unos 5000,
pero los judíos están volviendo a Marruecos. Fíjate que hay
en el mundo, una gran parte en Israel, un millón de judíos
de origen marroquí, todos muy orgullosos de sus raíces”.
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