Quiero salir de la rutina, quiero
quitarme el cansancio de la vida diaria, de ir hecho un
robot todos los dias, esta vez saldré andandito de casa, una
mochila a cuestas, unos auriculares y por si acaso una
toalla. Llevó escondido un bañador y un bronceador, los
tenis por si acaso y voy decidido a pasearme por mi Ceuta.
Es una mañana caballa, solecito pleno, allá que hacia tiempo
que no me asomaba al Foso de San Felipe, mientras un
solitario pescador arrimaba su caña, una señora que vaciaba
bolsas de pan duro, delicias para las enormes lisas del
Foso. El agua brillaba, cubría solo medio metro, las piedras
de la pared que arrinconaban siglos de historia, sigo mi
caminata, jardineros que van arreglando macetas, me giro a
la derecha ahí mi Cristo del Puente.
Cojo la esquinita de Plaza de Africa, asomando cañones La
Comandancia General, hay un mastil Caballa y en lo alto la
Roja y Gualda. Pegado ya estoy a la murallita de mi playita,
sentimiento de La Ribera, hay gaviotas escarbando por la
orilla, rebuscando entre escolleras, saco mis avellanitas,
me enfilo mi Plaza ese Mercado de Abastos, comprando las
cositas de mi tierra, cosas que me faltaban, llego al
trabajo y deseandito salir, al llegar el medio dia, con mi
mochila me lanzo a mi playita, sudandito llego y veo
resplandecer desde la balustrada esa agua cristalina, saco
mi cartuchito de avellanas del vitamina, me lanzo a las
aguas de la Bahia Sur, hasta el fondo de los mares y subo a
la superficie nadando y disfrutando del paisaje.
Mientras arriba en la brecha, apenas se movian las palmeras,
encallado en la toalla y agarrado a las avellanas saladas y
derramadas, que gustito el paladar saludos de los de
siempre, hola muchacho ¿libre hoy por aquí, que vale la Play
3?... De vuelta a casa, siempre me paro en mi Redacción del
Pueblo de Ceuta, saludos con celos, Javi que vemos que
vienes de la playita, mis colegas Luis,Rober, Manuel, Jose
Manuel, Gonzalo,Antonio, Carlos y Angel siempre les digo si
quieren algo de la playita, alguna sirena de la escollera…
Voy suspirando de mi bañito por la brecha en vez de subir
por el ambulatorio, allá que tiré por el Foso y volver a
asomarme a las Murallas, que felicidad en mi paseito, sin
agobios del coche, queriendo tirar un duro al agua como en
tiempos de la mano de mi abuelo, treinta y cinco años
despues abren la boca las lisas mirando al cielo, y yo
paseando por mi Ceuta, mi ciudad querida, todavía con el
regusto del salitre empapaito en mi piel, por nada del mundo
, se podia esta historia con otra cosa comparar.
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