Pregunta al oráculo mentalmente y Morgana barajará las
cartas. Cuando la tengas clara en la mente, levántala y
obtendrás la respuesta. Hay doce diferentes; buenas, malas y
neutras. Así rezaba uno de los cartelitos de uno de los
puestecillos con mayor concurrencia del mercado medieval.
Todas las preguntas de la vida condensadas en doce
respuestas “diferentes”, todo un éxito de organización.
El mercado medieval lleva abierto desde el pasado jueves en
el coherente emplazamiento de la plaza de Armas del Conjunto
Monumental de las Murallas Reales. Un poco más jipi que
medieval en realidad y orientado este año a las artes
circenses. En la confluencia de tenderetes, algún actor
haciendo malabares o en zancos; y una especie de guarda de
seguridad del mercado, espectacularmente maquillado y en una
suerte de automóvil nórdico y de nudosa constitución,
animaba aquello.
Unos 30 puestecillos de lo más variado conforman el mercado.
Muchos de ellos de comida: quesos procedentes de los Alpes
franceses e italianos, embutidos de bellota de Guijuelo o
rosquillas y empanadillas de cabello de ángel tradicionales
de Talavera de la Reina. Uno de ellos, que simula una amplia
haima bereber, estaba regentado por Himo, la única ceutí de
la feria. Ofrecían comida tradicional árabe, una enorme
cafetera de aspecto antiquísimo para calentar el agua del té
verde presidía el puesto: “Vamos por toda España con el
mercado y la verdad es que tanto aquí como en la Península
tenemos mucho éxito. Tenemos clientes fieles en muchos
puntos que nos esperan mientras montamos el puesto” aseguró
Himo.
Junto a las comidas, todas de contundencia medieval, la
mayor parte de las tiendecillas ofrecían colgantes, ropas y
aderezos de estética étnica. Una de los puestos ofrecía
mascaras budistas traídas de Indonesia, guitarras y joyeros
realizados por un artesano de Almería o algunos productos
traídos desde la India. En otra ofrecían pulseras de la
suerte procedentes de Birmania, donde se representan
símbolos de la tradición hinduísta como el círculo infinito
o el ojo. ¿Y realmente dan suerte? “A mí por lo menos sí”
respondió el tendero con un marcado acento argentino.
Entre ropa jipi y comidas severas también se encontraban
multitud de curiosidades. Acompañando en el esoterismo a
Morgana estaba José Abreu que realizaba lectura de tarot y
de la palma de las manos. “Un culillo de mal asiento,
creativa y luchadora” fue como definió a la fotógrafa de El
Pueblo de Ceuta en un análisis pausado. También dejó toda
una exposición de la ciencia parapsicológica: “Nosotros
creemos que la energía ni se crea ni se destruye. Y nosotros
somos energía”. Cerca de la entrada, una tienda ofrecía
mezcla de plantas medicinales de matizados olores para una
multitud de males: desde los dolores menstruales hasta la
gota.
La mayoría se mostró conforme con los resultados obtenidos
en estos pocos días y en la aceptación y acogida del público
de Ceuta. El mercado clausura hoy sus puertas y las de los
actos de verano de las Murallas.
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