Pasear por las calles de la barriada ‘Monte hacho’ hace
recordar la tranquilidad y vecindad que se respira en un
pequeño pueblo.
Las cincuenta y ocho familias que allí residen, puerta con
puerta, conviven después de veinte años como el primer día.
Maravillosas vistas y mejores vecinos que intentan fomentar
los valores de los más pequeños de la barriada dedicándoles
todo el tiempo que pueden y preparando numerosas actividades
para pasar el invierno de la mejor manera posible en su
amplio y familiar local social.
Mª Carmen González Aranda, presidenta de la asociación de
vecinos de la barriada ‘Monte Hacho’, a pesar de encabezar
su junta directiva, se siente una vecina más, como otra
cualquiera: “Yo me encargo, personalmente, de que todo vaya
lo mejor posible. Si hace falta ponerse en contacto con las
autoridades para solicitar ayuda para nuestra barriada, lo
hago. Aunque he de decir que, a pesar de ser presidenta de
la asociación, sólo soy una más. Mi voto cuenta exactamente
igual que el de cualquier vecino nuestro barrio”.
P- ¿Cuándo nació la barriada ‘Monte Hacho’?
R- Nació hace, aproximadamente, veinte años. Aunque yo solo
llevo como presidenta de la asociación de vecinos un año y
medio. En febrero o marzo del año que viene hago dos años.
P- ¿Por qué decidiste asumir la presidencia?
R- Si te digo la verdad, no lo sé. Hacía tiempo que se
esperaba renovar el cargo por parte del anterior presidente
o bien que otra persona lo asumiera. Yo siempre me he
preocupado de mi barriada, así que pensé que la mejor manera
de ayudar era desde dentro.
P- ¿Qué supone para ti ser presidenta de ‘Monte hacho’?
R- La verdad es que me gusta, lo intento hacer lo mejor que
puedo. No es una tarea complicada, sinceramente, es una
barriada muy tranquilita. Aunque tiene sus problemas como
todas las demás. Eso pasa en todos sitios.
P- ¿Son vecinos participativos?
R- Sí, bueno, a veces, pero sí. En general participan. Cada
vez hay menos gente que se mueve, pero intentamos que no sea
la tónica general.
P- ¿Cuántas viviendas forman la barriada ‘Monte Hacho’?
R- En total está formada por cincuenta y ocho viviendas, con
sus respectivas familias cada una.
P- ¿Cómo es la convivencia vecinal?
R- Es una convivencia buena. Vivimos en una barriada muy
tranquila. Somos muchos vecinos pero todos nos llevamos
bien. Vivimos cerca pero cada uno está en su casa.
Todos nos llevamos muy bien, gracias a Dios.
P- ¿Cuándo se llevan a cabo las fiestas de ‘Monte Hacho’?
R- Nuestras fiestas se celebran en verano, como casi todas
las del resto de barriadas. Empiezan el veintisiete o
veintiocho de julio.
Generalmente, las fiestas se hacen para los más pequeños de
la barriada. Lo que realmente nos importa es que disfruten
los niños.
P- ¿En qué consisten vuestras fiestas?
R- Normalmente celebramos el certamen de las mises, la
escala en Hi-fi, juegos para los niños y mayores. Un poco de
todo. Aunque este año, como las niñas se van haciendo
mayores, han decidido prescindir de algunos de los concursos
y actividades.
P- ¿Es una barriada joven?
R- No podemos quejarnos, hay muchos niños. También hay gente
mayor, como en todos sitios, pero nuestros niños suman
bastante.
P- ¿Es ‘Monte Hacho’ una barriada limpia y cuidada?
R- Depende. Hay zonas que están muy cuidadas y que algunas
empresas si se han dedicado a arreglar. Sin embargo, hay
algunos puntos negros en la barriada que nadie adecenta.
Aun estamos esperando a que nos arreglen el alumbrado.
Tenemos muchas farolas sin luz y otras tantas rotas.
Recuerdo que una vez vinieron a arreglar el tema,
preguntaron por la avería y al poco tiempo se fueron para
nunca volver. Seguimos esperando que algún día aparezcan. Es
una pena, la verdad.
Sabemos que la Federación de Vecinos no tiene culpa, que
hace todo lo que está en su mano. Nosotros le pedimos todo
lo referente a nuestra barriada y ellos envían a los
responsables de arreglarlo. El problema es que esos
supuestos responsables no terminan de arreglárnoslo nunca.
Desde hace mucho tiempo nadie viene a arreglarnos los
jardines, ni siquiera a regar.
Hay barrancos sin protección. Estamos siempre pendiente de
avisar a los más pequeños, porque tememos que algún día pase
una desgracia. Nos gustaría que en según qué partes
levantaran unos muros para evitar la peligrosidad que
tenemos actualmente.
Nos gustaría que de una vez limpiasen las zonas que faltan.
Están llenas de porquería y no paran de entrar y salir
ratas. Ya han venido a desratizar. Lo que ahora necesitamos
es que de una vez limpien para que nunca más haya ratas ni
bichos.
P- ¿Dónde tenéis vuestro local social?
R- Nuestro local social se encuentra en la misma barriada,
en la parte superior.
El local es el punto de encuentro donde los vecinos nos
reunimos, charlamos, debatimos, nos divertimos y pasamos el
rato.
Antes, cuando pusieron el Plan de Empleo en los locales
sociales teníamos muchísimas más actividades, como por
ejemplo las clases de costura y manualidades, sin olvidarnos
de las clases de apoyo para los niños.
Ahora que no contamos con el Plan de Empleo, intentamos no
perder las buenas costumbres y entre algunos vecinos
queremos continuar con las clases de algunas actividades
para entretenernos y ayudar a los más pequeños.
Lo que más nos interesa es que los niños no pierdan los
valores principales ni las tradiciones. Por eso estamos
dispuestos a enseñarles todo lo que nosotros sabemos, desde
clases de ganchillo, a manualidades y pintura.
En verano lo tenemos cerrado porque la gente prefiere ir a
la playa o a la piscina. No apetece encerrarse en el local,
la verdad.
Pero cuando llegue el invierno y empiece el colegio, en
septiembre, lo abrimos para todos los vecinos de cinco de la
tarde a ocho, según el día. Lo importante es continuar todos
unidos por la misma causa.
P- ¿Es el aparcamiento un problema en la barriada ‘Monte
Hacho’?
R- Un problema y de los grandes. Cada vez hay más coches por
familia, una media de dos o tres coches en cada casa y eso
complica mucho la situación.
Si a esto le sumas la cantidad de gente de otros barrios
cercanos que llegan aquí para aparcar sus coches, pues
resulta que los vecinos nos quedamos sin sitio.
Más de una vez nos hemos tenido que ir a aparcar fuera de la
barriada, al final, y eso si tenemos suerte y queda algo de
sitio.
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