Me levanto con la sensación de
estar en Cuba en época de huracanes. No, no estoy en cuba,
estoy en Catalunya donde por cierto se ha levantado una
tormenta de padre y muy señor mío, al menos en el Maresme.
Por suerte ha durado lo que se tarda en rezar un
padrenuestro, aunque yo no lo rezo porque hace tiempo que
dejó ser padre mío.
Lo primero que hago después de desayunar, a veces al mismo
tiempo, es leer la prensa diaria y asumir las noticias que
viene.
Destaca el talante de ese presidente sudamericano con
ínfulas de dictador de populismo payaso. Los progres y los
de la izquierda creerán que tienen a su salvador en ese
venezolano carente de estudios políticos. Su “¡Váyanse al
carajo, yanquis de mierda!” dará pie a futuras comedias,
obras teatrales o canciones, cuando no propague ideas
revolucionarias entre los pocos existentes. Al tiempo.
Como el presidente venezolano siga tocándole las narices al
Tío Sam, terminará por conocer el auténtico carajo el mismo.
Lo malo de todo es que ese presidente sudamericano, de
apellido que suena a presidente de la Comunidad Andaluza
pero con “z” final, tiene toda la riqueza de Venezuela en su
mano y a pesar de ello no consigue salvar a su país de la
pobreza. De momento está denunciado por los propios
venezolanos, sus sindicatos, ante la OEA por veintiséis
leyes-decretos unipersonales.
A pesar de todo tiene un poco de razón en su ataque
diplomático. Los EE.UU tienen embajadores que son miembros
de la CIA y que, como ya lo sabemos, son los que provocan
inestabilidad allá donde van.
Por si fuera poco la rocambolesca situación política
internacional, ahora sale como un espantajo de cuidado la
candidata a la vicepresidencia de los EE.UU por el partido
republicano, Sarah Palin, con amenazas a Rusia. Un mensaje
de extrema dureza política ese de amenazar a Rusia con una
guerra si invade de nuevo Georgia. De Palin a Putin existe
poca diferencia.
De alcaldesa de un pueblo de menos de 7.000 habitantes a
gobernadora de Alaska… sin haber conocido jamás a presidente
de país extranjero alguno, salir con bombas me parece poco
serio en ésta política novata.
Por nuestra tierra salta a la luz la propuesta de esa cosa
inventada por Aznar con el nombre de FAES que propone no
reconocer Kosovo a cambio de que Rusia haga lo mismo con
Osetia y Abjaza.
¿No tenemos un Gobierno? Parece que Aznar sigue creyéndose
el Presidente del Gobierno, aunque su propuesta sea dirigida
al propio Gobierno. ¿Para qué están los diputados del PP? Al
parecer ignoran los de la FAES que las propuestas sólo la
pueden hacer los diputados.
Mucho protagonismo veo ahí.
Entre tanta contundencia encuentro una noticia que me
produce risa y temor a la vez. Un grupo de ciberpiratas ha
conseguido infiltrarse en el sistema del Gran Colisionador
de Hadrones (LHC) con lo que destroza todos los parámetros
de seguridad del mayor experimento de la historia.
La debilidad sobre la seguridad de la infraestructura que
guarda el proyecto del CERN es extremadamente peligrosa,
justo en el momento en que los primeros protones recorren el
enorme anillo subterráneo, por cuanto pueden cambiar las
coordenadas de función y reprogramar múltiples facetas del
proyecto.
Aunque los “hackers” comuniquen que no tienen intención de
boicotear el experimento del acelerador de partículas, han
abierto una puerta para que mentes más interesadas en la
cosa intenten apoderarse del invento. Es para pensar.
Con contundencia responde nuestra ministra Magdalena Alvarez
que no le gusta que la llamen Maleni porque considera que es
ningunear a una señora o a una ministra como ella. Así que
ya saben: cuidado con llamarla Maleni.
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