Lo dice el director provincial del
Ministerio de Educación, Política Social y Deporte (MEPSYD),
Aquilino Melgar, y no se puede dejar de coincidir con él en
la muy responsable actitud con la que tanto los responsables
del colegio privado concertado San Daniel como la familia de
la joven musulmana de 13 años que este verano decidió
colocarse el hiyab se están moviendo en el problema que les
ha surgido al negarse el centro a aceptarla con el pañuelo
islámico en sus aulas entendiendo que el mismo contraviene
su reglamento en lo que a la indumentaria de los alumnos se
refiere. En este tipo de asuntos, del que ayer informó ya
este periódico, es muy fácil dejarse llevar por los consejos
interesados de otros agentes que traten de obtener de este
tipo de polémicas particulares réditos propios. El San
Daniel, negándose a elucubrar hasta fijar una posición
definitiva con sus cooperativistas y su Consejo Escolar, y
los padres de la niña, una joven y una alumna ejemplar en
todos los sentidos según las fuentes consultadas, evitando
los focos de la atención pública y esperando a que el centro
confirme su postura para tomar una decisión al respecto son
dignas del mayor respeto pese a que dificulten el trabajo
periodístico. Menos plausible es la posición del MEPSYD, al
que ya le han salido varios problemas similares en
diferentes puntos de la geografía española durante los
últimos años (hace un año precisamente también en Ceuta). En
todos ellos el Gobierno central ha abogado por resolver el
caso concreto (generalmente “recomendando” a los centros
aceptar a las alumnas con el velo islámico), pero negándose
a aplicar una norma general. El ministerio confía en la
capacidad de colegios, padres y demás agentes para
entenderse, pero ante la falta de norma un día se puede
encontrar con un problema más serio. El asunto tiene miga y
un posible coste político, por lo que lo mejor es mantenerlo
alejado de la trifulca entre partidos, pero no haciendo
abstracción de la responsabilidad que le compete para
estipular qué se puede y qué no se puede hacer y así todos
sepan (sepamos) a qué atenerse.
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