Cuatro características
corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder
sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.
Cuando menos las decisiones hay que tomarlas racionalmente
pienso yo. Por ello, la plataforma por el derecho a decidir
que llama a la unidad catalana ante la financiación, aunque
me parece oportuno y legítimo que deje oír su voz más allá
de sus muros autonómicos, pienso que también debiera
considerar que el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones imprime también la solidaridad
como deber dentro de la indisoluble unidad de un país.
Derecho a decidir sí, pero también derecho a convivir como
nación española.
No obstante, pienso que la nación como tal debe poner oído a
las decisiones tomadas por el pueblo catalán, o por
cualquier otro pueblo del país, dar respuesta a la
diversidad de pareceres, buscar consensos desde el diálogo,
a sabiendas que en la convivencia todas las voces valen y
son necesarias. La conciencia política, que ha de ser un
acto de equilibrio de unos y otros, ha de llevarnos a
decisiones muy estudiadas, no vayamos a hacer un diagnóstico
falso de la situación y aplicar después los remedios
equivocados. Realmente el Estado- como dice la Constitución-
ha de garantizar la realización efectiva del principio de
solidaridad, velando por el establecimiento de un equilibrio
económico, adecuado y justo entre las diversas partes del
territorio español. Esto es lo que hay nos guste o no nos
guste.
Para unos gobiernos será insuficiente la descentralización,
mientras que para otros lo será la falta de cohesión entre
comunidades y regiones. La cuestión no es nada fácil,
teniendo en cuenta que, en ningún caso, se admitirá la
federación de Comunidades Autónomas. Conviene recordar esto
para no instalarse en una permanente crisis que a nadie
beneficia. Quizás sería el momento de la reforma de quien
ostenta la Cámara de representación territorial, el Senado.
Considero que no sería desacertada la cuestión. En cualquier
caso, me parece más fructífero que las Comunidades Autónomas
se sientan partes de un todo entre ellas con el Estado, que
no en relación bilateral del Estado con cada Comunidad
Autónoma. El primer paso ya está dado. Hoy cada entidad
autonómica ya goza de autonomía para la gestión de sus
respectivos intereses. Puede que sea el momento de dar el
siguiente y ver la manera de robustecer la territorialidad.
Pienso que ganaremos comprensión sí todos tenemos una visión
global y plural de España, lo que también excluye cualquier
privilegio autonómico.
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