Es muy interesante y muy ameno libro El Bushido, de Inazo
Nitobè, profesor de la Universidad Imperial de Tokio,
miembro de la Academia Imperial del Japón; es bellísimo
estudio del alma heroica del japonés. El Bushido es el
código de moral ascética de los Samuráis-antiguos guerreros
medievales-; su origen es antiquísimo, quizá de hace varios
miles de años. Se ajusta a las virtudes del alma japonesa:
caballerosa, guerrera, sencilla, de culto profundo a los
antepasados y veneración religiosa a su Emperador, que
representa para ellos a Dios y a la Patria.
El Cristianismo se conoció en el Japón en el siglo XVI. Los
principios de la moral cristiana no están en pugna, ni mucho
menos, con el Bushido, que es anterior a Jesucristo.
El Bushìdo se inspira en reglas de la mas pura moral e
iguala en su práctica, como el Cristianismo, a todos los
hombres, sin separaciones ni privilegios de castas ni
edades.
Los cuatro principios fundamentales del Bushido son:
No dejarse sobrepasar por nadie en sus ideales.
Servir al Jefe supremo.
Ser fiel a los padres.
Ser piadosos y sacrificarse en bien de los demás.
Los cuatro votos que impone el Bushido son: LA MUERTE, LA
FIDELIDAD, LA DIGNIDAD, LA PRUDENCIA,
Las pestes del Bushido son: el sueño, la disipación, la
sensualidad y la avaricia.
El camino del Bushido o la Vía de los Caballeros es: CULTO
AL HONOR, CULTO AL VALOR, CULTO A LA CORTESIA Y CULTO A LA
PATRIA, representada por el Emperador.
Traduzco el Bushido limitándome a poner en castellano la
edición francesa. Es homenaje de antigua gratitud a que un
ejemplar de este libro me fue dedicado por el Representante
del Japón en España, y porque estoy profundamente convencido
de que el Bushido es, como camino, vía o regla de conducta
de los caballeros, un perfecto credo.
Es interesantísimo y muy provechoso libro para las
juventudes de un pueblo que después de larga época de
decadencia renace y quiere ser esplendorosamente grande y
libre. Es eminentemente espiritualista y desprecia el
materialismo grosero y sensual.
En el Bushido inspiré gran parte de mis enseñanzas morales a
los cadetes de Infantería en el Alcázar de Toledo, cuando
tuve el honor de ser maestro de ellos. En los años de
1911-1912. Y también en el Bushído apoyé el credo de la
Legión con su espíritu legionario de combate y muerte, de
disciplina y compañerismo, de amistad, de sufrimiento y
dureza, de acudir al fuego.
El legionario español es también samurai y practica las
esencias del Bushido: Honor, Valor, Lealtad, Generosidad y
Espíritu de sacrificio .
El legionario español ama el peligro y deprecia las
riquezas.
Asimismo, en las normas difundidas, en mi ya larga vida, de
moral militar y patriótica, las basé en las sabias
Ordenanzas militares de Carlos III y las que emanan, como
ellas mismas, del acervo de nuestra excelsa historia
militar, añadiendo en parte las normas del Bushìdo, que
transmite sus reglas por la leyenda y ordena cómo el
caballero ha de vivir dentro del camino recto e invariable
del honor, el valor, la cortesía, el culto a Dios y a la
Patria y el espíritu de sacrificio. Y es tan patriótico y
espiritual, tan arrogante, tan bello, tan apartado del
materialismo, del egoísmo, de las ruindades, de las
cobardías, de las vilezas, de la ambición y de la envidia -
ese ruin veneno que todo lo corrompe, que todo lo mancha,
que todo lo entorpece -, que en él se ve el camino del
soldado caballero! Y canta con tanto esplendor y con tanta
sublimidad el espíritu de sacrificio, que, con el Bushido,
se confunden las normas de nuestra moral cristiana! Ha de
tenerse en cuenta que Inazo Nitobé, el autor del libro que
traducimos, es cristiano.
El japonés fue siempre caballeroso, militar y guerrero.
Vivía tranquilo, atrasado, ignorante, sin fuerzas militares
debidamente organizadas para luchar contra el enemigo
exterior. Un triste día sufrió una afrenta que le infligió
el extranjero. En lo intimo de su alma nacional reconoció su
debilidad militar, que exasperó su espíritu guerrero
ancestral, y desde aquel momento decidió emprender un camino
de marcial difícil y penosa, de trabajo y de sacrificio,
para llegar a ser un pueblo fuerte y, por lo tanto, virtuoso
y guerrero. Era el año de 1855, y estamos en el año 1941.
Todos sabemos donde está hoy el Japón, con su fuerza y su
pujanza y el papel preeminente e importante que ocupa hoy en
el mundo. Pues todo eso es principalmente debido a la
practica del Bushido o Camino de los Caballeros.
Es el Japón un alto y deslumbrante ejemplo de camino a
seguir por el pueblo, que, atesorando en su alma las
condiciones más puras de la religión cristiana y de la
caballerosidad y el valor heroico, hubo de caer en el
envilecimiento por olvido de esas virtudes, y dejándose
seducir por el materialismo recibió la afrenta y el pisoteo
del enemigo, y que desde aquel momento quiere renacer, y
renace para ocupar el puesto que la voluntad de Dios, sus
propios méritos y virtudes y su historia le conceden,
utilizando para llegar a ello el camino de la moral
cristiana, del honor, del valor y, principalmente, el del
sacrificio-que es opuesto al del beneficio personal - ya que
sin sacrificio no puede haber ni honor, ni valor, ni
Religión, y por lo tanto, ninguna clase de adelantos, ni
menos de grandezas.
No os cansa mas el traductor. Este saludo de proemio no es
más que una cortesía en reverencia al Japón caballeroso, a
Inazo Nitobè, el autor de tan bellísimo libro, y a vosotros,
los que vais a leerlo, traducido a la lengua de Cervantes
por vuestro servidor.
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