Se acaban las vacaciones para
aquellos que con pequeños en edad escolar deben cumplir con
la obligación responsable de incorporar a los centros de
enseñanza a los vástagos hábidos y no tan hábidos (que de
todo habrá) de aprender e incorporarse a la sociedad poco a
poco, año tras año, a base de esfuerzos personales, o no,
porque no siempre se premia esta virtud con la nueva reforma
de la reforma de la hasta ahora última Ley de Educación y
que tanta controversia genera.
En Ceuta, la llegada de un nuevo curso escolar acarrea una
responsabilidad y un trabajo complicado, dadas las
circunstancias, para intentar que en estos mínimos 19
kilómetros cuadrados de absoluta competencia estatal en esto
de la Educación, el todopoderoso aparato del Estado trabaje
para que esta ciudad autónoma sea un ejemplo de virtuosismo
organizativo, de medios y demás para todas aquellas
comunidades con competencias en esta materia concreta.
Faltaría más, porque no sería muy gratificante que
Andalucía, Cataluña o País Vasco ganasen esta carrera al
Gobierno central, sobre todo teniendo, la Administración
central, la ventaja de que el Ministerio, en lo tocante a la
Educación, es responsable absoluto de la organización para
poco más de 16.000 alumnos en Ceuta. Una cifra que se
multiplica por más de 50 en la vecina comunidad andaluza,
por lo que en esta comparativa nuestra ciudad tendría que
ser ese ‘potosí’ en el que mirarse las demás regiones ya
que, queda claro, la Administración General del Estado debe
ser un ejemplo a seguir.
Más de 1.200 escolares se unirán al elenco estudiantil ceutí
en este año donde en esta ciudad no se nota el descenso de
natalidad general que padece España. Ni siquiera sumando la
capacidad reproductiva de la población inmigrante en el país
que ya alcanza los 5 millones.
Dado que la base de la pirámide de población en Ceuta es
especialmente ancha, el número de profesores se ajusta
perfectamente a las previsiones del Ministerio. Por ello
cada año han de incorporarse con carácter interino casi 300
profesionales, lo que indica precisamente que todo se está
haciendo de un modo correcto, ¿no?.
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