Eran andaluces y brindaron una
noche de arte en Ceuta.
No es el espectáculo más visto en Ceuta, donde gustan los
caballos, pero es en grupos muy cerrados, por eso el
espectáculo ecuestre agradó, maravilló al público ceutí, que
en muchas ocasiones provocó los aplausos de todo el personal
asistente a este hermoso acontecimiento.
El escenario era el ideal para poderlo presenciar una gran
cantidad de personas, pero el Parque Urbano Juan Carlos I
tuvo que ser acondicionado, para “construir” una pista a
tono con el espectáculo que se iba a ofrecer.
Hubo trabajo extra, en Ceuta, para acondicionar un lugar a
las necesidades de la “fiesta” que se había programado. La
pista quedó “ en condiciones”, el público se divirtió y la
exhibición ha quedado en la retina de todos los que
asistieron.
Una fiesta del más calado acento jerezano, con todo el
equipo de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre,
procedentes, en esta ocasión, de Jerez de la Frontera.
Con la pista ya instalada, los preparativos para la gala
comenzaron a las seis de la tarde, dejando todo
perfectamente dispuesto para empezar el espectáculo a la
hora fijada, las ocho de la tarde.
La exhibición duró lo que viene siendo habitual, en torno a
las dos horas, por lo que finalizaba sobre las diez de la
noche.
Fue casi el final del día de la Ciudad de Ceuta, que en esta
ocasión tuvo un verdadero acento andaluz, nada extraño por
la vecindad con la Comunidad Andaluza.
Y una relación, un acercamiento, un poco mayor, por cuanto
el presidente de la Ciudad de Ceuta y el presidente de
Andalucía, que es ceutí de nacimiento, han tratado de unir,
de acercar posiciones, entre las dos comunidades.
Juan Vivas y Chaves, hombres de talante abierto, no cerrados
en el casillero de unas siglas partidistas, han puesto de
manifiesto que las buenas relaciones entre vecinos siempre
son positivas.
Esto ha hecho que el día de Ceuta, en esta ocasión, al ir
llegando a los 12 años, haya unido, haya acercado, un poco
más a esa gran comunidad que es Andalucía, con esta otra,
más pequeña en cuanto a territorio, pero con un corazón
igualmente grande en todo lo que atañe a lo español.
En el espectáculo hubo de todo, pero reducido a dos
aspectos: Doma Vaquera y Doma Clásica. Una doma vaquera
mostrando los trabajos de revisar, conducir o apartar el
ganado, especialmente bravo, y una muestra, también, del
jinete con la garrocha en la mano derecha, mientras las
riendas son sujetadas con la izquierda.
En la doma clásica, movimientos más espectaculares para el
espectador, con los caballos deslizándose por la pista al
son de la música. Unos deslizamientos de fantasía sobre la
pista y un ritmo seguido por los compases de la música.
El espectáculo fue muy vistoso, digamos que de auténtica
fantasía, desde el comienzo hasta el final.
Además, en esta fiesta hemos visto con qué elegancia y
maestría actúan los caballos de pura raza española, en los
ejercicios de doma clásica y en los de doma vaquera, junto a
la poesía, el flamenco, la elegancia y el compás que definen
este baile realizado.
Una fiesta más de la Ciudad Autónoma de Ceuta, ya hemos
pasado de las diez, ahora vamos en busca de la que hace la
docena, en estas autonomías que falta mucho para que
concluyan de verdad.
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