El sindicato Unión General de Trabajadores denunció ayer la
“discriminación” a la que, según dijo, está sometiendo el
Gobierno de Melilla a uno de sus delegados de personal,
Mustafa Al-Luch, quien además es gerente de Coalición por
Melilla (CPM). En opinión del empleado afectado, esta
situación evidencia que está siendo víctima de una
“persecución” política y laboral.
En rueda de prensa, el delegado de personal de Policía Local
de UGT, Alfonso Romero, aseguró que la Consejería de
Seguridad Ciudadana, por orden de su máximo responsable,
Ramón Antón, ha excluido del listado de horas extras a
Mustafa Al-Luch, que había solicitado tener participación en
esta bolsa con motivo de las fiestas patronales.
Romero recordó que cada año, debido al aumento de trabajo
que se registra durante la Feria, la Ciudad Autónoma abre
una bolsa de horas extras para los vigilantes de servicios
generales que deseen participar, y “siempre se reparte el
trabajo entre todos los empleados que se inscriben en la
lista”.
Al-Luch, que es vigilante en el cementerio musulmán en
horario de mañana, pidió participar en la bolsa de horas
extras porque “tengo cuatro hijos y siempre viene bien tener
un dinero más para las fiestas y para comprar los libros de
texto”. Según dijo, en un principio fue admitido para
trabajar los días 30 y 31 de agosto, a falta de que le
confirmaran los horarios de inicio y final de la jornada,
pero al final se le comunicó que había sido excluido de la
lista “por orden del consejero de Seguridad Ciudadana”.
Según Romero, UGT pidió reunirse con el consejero, quien se
justificó puntualizando que únicamente estaba cumpliendo lo
estipulado en una sentencia judicial, en la que se hacía
constar que el puesto de trabajo de Al-Luch como vigilante
de servicios generales es en el cementerio musulmán en
horario de hoy. Se trata concretamente de la sentencia
judicial 377/2007 de 30 de noviembre, en la que el juez ya
dio la razón a Al-Luch frente a la Ciudad Autónoma después
de haber sido retirado de su puesto de trabajo a raíz de un
conflicto entre el empleado y el consejero de Seguridad
Ciudadana durante la campaña electoral de las autonómicas de
2007.
En opinión de Al-Luch, esta situación es fruto de la
“persecución” que sufre por parte de Antón, del que dijo que
“siempre sospecho porque él no va a parar hasta que me haga
cualquier trastada”.
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