El `Ghanes Charturthi´ terminó ayer con la estatuilla
arrastrada por las corrientes del mar frente a los
acantilados del monte Hacho. Casi la mitad de la comunidad
hindú participó en una fiesta llena de alegría y llevó en
volandas al dios desde el paseo del Revellín hasta el muelle
España, donde embarcaron en el Desnarigado.
La comunidad hindú concluyo ayer la festividad del `Ghanesh
Charturthi´ en la que conmemoran el nacimiento del dios
hindú representado con cabeza de elefante y cuatro brazos.
Ayer fue el día grande de la festividad, tras el inicio el
pasado miércoles de los rezos en el domicilio de los
Mirchandani, depositarios de la estatuilla. A las 18.15
horas comenzaron los preparativos en el portal. Bajaron la
parihuela e instalaron en ella la imagen de Ghanesh. Unas
100 personas se arremolinaban en torno al portal
pertenecientes a la comunidad hindú y un grupo numeroso de
curiosos miraba los canticos y la alegría de la
congregación.
El Ganpatti bappa moraya no dejaba de sonar. Un rezo
dedicado a Ghanesh en el que se pide su protección. Sobre
las 18.30 comenzó el recorrido por las calles. Un verdadero
estallido de frenetismo y exuberancia. A una velocidad
absolutamente acelerada, con el canto alegre y rítmico del
Ganpatti, la comitiva salió lanzando tintes violetas y
naranjas al aire que llenaban de color las camisetas de los
porteadores. Junto a ellos varias cestas con frutas y dulces
eran llevadas como ofrenda al dios. Por el paseo de las
Palmeras, la velocidad descendió pero no la alegría y la
curiosidad que despertaba en las calles el grupo.
A la altura del puente del Foso, los porteadores acercaron
la estatuilla de Ghanesh a la figura de Cristo. Comenzó un
baile, donde la figura saltaba de arriba a abajo. Diferente
de las procesiones de Semana Santa, de izquierda a derecha.
El enfrentamiento entre ambas figuras era emotivo. Una de
las imágenes que son propiedad de la ciudad de las cuatro
culturas.
A la llegada al Muelle españa Ghanesh fue subido al barco
Desnarigado. Dos zodiac ofrecían asientos a la prensa y a
las 150 personas que terminaron por completar el grupo.
Las embarcaciones cruzaron el impresionante Conjunto
Monumental de las Murallas Reales por el Foso y se adentró
en el mar. Cerca de la altura de las mejilloneras, varios
niños se lanzaron al agua junto con algunos adultos y Premi
Mirchandani, exultante durante la festividad. Pusieron la
figura de Ghanesh junto a las ofrendas de comida y la
depositaron sobre las aguas. La figura no se hundió, fue
arrastrada poco a poco por las corrientes ante un público
expectante que siguió su recorrido. “Es una forma de
bendecir la bahía y de terminar con suerte la festividad”
explicó Mirchandani.
El futuro de la tradición
Éste es el cuarto año en el que se celebra el Ghanesh
Charturthi en Ceuta. Las estatuillas no se recuperan y cada
año traen una nueva de diferentes puntos del globo para ser
de nuevo entregada a la purificación de las aguas. La
tradición marca que puede cambiarse de domicilio cada tres
años pero que una vez que empiece debe celebrarse los tres
en la misma casa. Los Mirchandani completaron un ciclo y han
comenzado uno nuevo: “Creemos que esto lo vamos a hacer de
por vida”.
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