Estamos celebrando el Día de la
Ciudad con el recuerdo del incendio de San Antonio
restregándonos las narices y con malas caras motivadas por
el susto y la angustia.
Teniendo Ceuta, como tiene, apenas 19 km², difícil veo que
se pueda propagar un incendio si disponemos del justo número
de trabajadores forestales y bomberos. Pero la realidad se
presenta dura y cruel cuando sólo se dispone de unos cuantos
trabajadores, y encima con contratos temporales, que apenas
pueden abarcar todo el territorio forestal.
Lamentable intento de excusar la falta de atención previa
hacía nuestros montes con palabras vanas como las
pronunciadas por nuestras autoridades sobre «… terrenos
forestales plagados de “matorral degradado” y algún
eucalipto… »
Ni existe matorral degradado ni era un solo eucalipto en la
zona que se quemó. Además ¿qué nos dice de los animales
encerrados en la cerca de alambre? Manada de ciervos y
muchos hermosos pavos reales… ¿se quemaron?
¿No creen que ya es tarde para colocar retenes en nuestros
montes? ¿Por qué siempre serán, nuestros políticos, así?
¿Esperan a que se consuma un incidente, con serias
consecuencias, para tomar cartas en el asunto? Raro veo todo
esto, como no esté en medio la especulación misma. La
reticencia en confirmar que fuera provocado tiene su miga.
Cambio de tercio, raramente finalizo un artículo dedicado a
un tema concreto, entrando en lo que me gusta.
Me sorprende, la verdad, las palabras del secretario general
de UGT en la que se entrevé que tenía una confianza ciega
ante nuestras autoridades locales. ¿Cómo puede creer las
palabras de la derecha conservadora sobre el tema social?
Todos sabemos que los conservadores son enemigos, más que
declarados, de establecer diálogos sociales con nadie. Como
prueba me remito a esos ocho años de gobierno a nivel
estatal de Aznar y los suyos… ¿Hubo alguna vez diálogo
social? No, categóricamente NO. Son así y siempre lo serán,
no vaya a creer lo contrario señor secretario general. No
dudo de las buenas intenciones de Juan Vivas, pero una cosa
es nuestro Presidente y otra las decisiones que se tome en
la Asamblea, que a fin de cuentas es lo que rige ¿No cree?
La nota del aumento o no del paro es una constante de los
gobiernos socialistas de toda la vida y será siempre la cruz
que soportarán en sus espaldas mientras gobiernen. ¿Por
qué?, porque la mayoría de los empresarios son conservadores
y miran antes la “pela” en su caja fuerte que en el bolsillo
de sus trabajadores. Es un sistema de presión tan claro que
hasta un ciego lo nota. Poco podemos hacer ante las
ambiciones sin límites de esa gente. ¿Está claro?
Esa constante afecta sobremanera a nuestra ciudad por su
carencia de infraestructura empresarial suficiente y la nula
existencia de industrias. A mendigar, como siempre, puestos
de trabajos subvencionados, única constante permitida a la
ciudad.
Lo que escribía sobre los conservadores queda patente en las
intenciones del líder del PP al ofrecer soluciones para la
crisis económica que sólo beneficia a la empresa, como la
bajada de impuestos y otras cosas, cuando sabe muy bien que
las empresas no están en crisis, es inventada, y los
beneficios anuales se incrementan una barbaridad. Ninguna
empresa carece de previsiones de futuro.
Lo de la crisis de las constructoras era previsible desde
que se inició el “boom” del ladrillo. Ello no debería
afectar a la economía nacional, en buena lógica, porque la
liberación de precios traen esas consecuencias si nos
atenemos al agujero en la mano que tienen muchos aventureros
económicos, sin preparación alguna, al arriesgarse en una
rama de la economía que tiene ciertos y muy claros límites.
A fin de cuentas, el dinero que se empleó o se emplea en ese
“boom” sigue dentro del país ¿No?, a menos de que haya fugas
de capitales incontrolados o se hayan quemado en uno de esos
incendios veraniegos.
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