PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Curiosidades del verano
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Cuando se va uno de vacaciones o, mejor dicho, de veraneo que es como siempre se ha llamado esto de pegarse un garbeo por cualquier sitio menos el de nuestra residencia, se encuentra con curiosidades que, a pesar de lo mucho conocido, llaman la atención. Se han dejado atrás, por ser pan nuestro de cada día, los problemas de empleo, los fallecidos por accidentes de automóviles, de aviación, el de las víctimas de violencia de género, de la inmigración, de la salud laboral (siniestros laborales), en resumen, de toda la política social que nos preocupa y ocupa constantemente.

Y se ha hecho un alto en el camino entablando nuevos conocimientos y efímeras amistades, algunas de países lejanos como alemanes o suecos, comprobándose que todavía existen caballeros de cierto rango social u hombres que se les asemejan en parte, comportamiento y actitud, es decir, auténticos “gentlemen”. Educados en grado sumo con los que da gusto entablar una conversación que, como diría la canción, se establece a media voz, sin alterarse, en una palabra: educadamente. Luego nos acercamos a nuestra costa gaditana y aquí disfrutamos de otra manera: v vemos por doquier a Jennifer o a Cristian (cuyos nombres no sabemos como se pronuncian en plural) y nos paramos a cambiar la hebra con Curro el pescador que nos relata algunas hazañas marineras de tiempos pasados cuando todo el mar era suyo y no se perseguían las embarcaciones por el mero hecho de ir a buscarse el sustento familiar. En sus playas, con sombrilla y banquetas (hoy en día está prohibido instalar casetas o cualquier otro artilugio que pudiera pensarse sirve de cobijo o asentamiento ilegal a la familia) nos damos un chapuzón y observamos el panorama que ofrece tan bellos parajes y el comportamiento de ciertos grupos de personas, seguramente venidas del interior, que no conocen o no están habituadas a esto de bañarse en el mar. Y se oyen los clásicos gritos de la madre que aconseja a sus hijos: ¡“Yennifeerrr, el agua hasta el chocho na más y tu, Cristiannn, hasta la picha”¡… Luego, ya en tierra firme, a disfrutar de los placeres de los frutos del mar que en eso si que ganamos cualquier competición: el “pescaíto” frito un buen gazpacho con sus clásicos aditamentos de ajo, vinagre y aceite de oliva y el vinito de la tierra, sin denominación de origen, (¡una botella de tinto de verano, Pepe, para la mesa 4¡), que para eso nos consideran profesores de gastronomía y es una lección que se llevan muy bien aprendida cuando vuelven a sus lugares de procedencia.

Todo un contraste de comportamientos o curiosidades que encontramos durante el veraneo: el de los extranjeros tan comedidos y diríamos casi silenciosos y el de nuestros compatriotas (no generalizando, claro está) todo arrebato y vehemencia. De ellos, de los extranjeros, nos quedamos con la expresión clara de moderación y templanza y hemos copiado los nombres no su forma de decirlo que para eso tenemos nuestras costumbres y modos en las acciones o en las palabras que no nos la van a cambiar, por mucho trato que tengamos con ellos, los turistas foráneos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto