¿Qué murmuran? ¿Qué el dicho es de
una vulgaridad indescriptible? Vale. No resulta
excesivamente refinado, pero pertenece por derecho propio al
imaginario colectivo español y, en estos tiempos de
abaratamiento moral y ético, resulta de indudable buen
gusto, el españolear y el presumir de recia raigambre patria
y de todos los conceptos castrenses que ponen de los nervios
a los nacionalistas.
Y el tema es recíproco. Quiero decir que, españoleamos y a
los nacionalistas les da el faratute y ellos hacen su
nacionalismo paleto y atascáo mental y los españoles nos
sentimos como si, un felino hijoputa, nos metiera una
tarascá traicionera en el corazón. Se lo digo y se lo cuento
y lo firmo, afirmo y ratifico. Porque, precisamente en el
mes de agosto me llevé una especie de sofoco, con motivo de
un viaje a Ibiza. ¿Qué gruñen? ¿Qué si me he vuelto regalona
y me voy a vacacionar? Sí. Con los cojones. De eso nada. Me
llamaron para que fuera a visitar a un chaval italiano que
está en la cárcel de allí falsamente acusado de atracos
(entiendan, yo barro para mi casa y siempre defiendo con
pasión a quienes en mí confían y siempre encuentro manera de
formar un laberinto). Pero a otra cosa. Voy y, para
informarme, llamo por teléfono a la cárcel para que me
dieran la dirección y va el funcionario, hablando muy fino y
me dice “Usted pida que la lleven al barrio-Tan-Cita”. Y voy
y le digo al funcionario “Oiga ¿Seguro que es ese nombre?
Porque parece como cosa de hablar en chino” Me respondió con
un tono en el que palpé la resignación “No, no es chino, es
mallorquín” Me salió del alma “¡La madre que os parió!”. La
exclamación tenía un toque de incredulidad pero, cuando
llegué a ese aeropuerto que parece hecho a parches, salí
conducida por un italiano colega del preso y vi el cartel de
“Eivissa” que es como diría Ibiza un moro de mi pueblo, de
esos que hacen potajillo de chelja con español, es que se
levantaron las tripas. Otra tarascá gatuna en la alfombrilla
de mi alma.
¿Qué pasa? Noto que están revolucionados y locos por
preguntarme alguna inconveniencia ¿Qué si estuve en el “Café
del mar”, en las discotecas, ví a algún famoso o me encamé
con algún maromo tatuado?. No. Yo ví el juzgado, cuyo
personal es encantador, el colegio de abogados y la cárcel.
Estuve en Ibiza pero, para servidora, como si estuviera en
Churriana. Un viaje muy sencillo, de curranta, paso de
lugares de famoseo y de maromos. Un día y medio, que voy que
vengo. ¡Y con un disgusto!. Estoy disgustada. Por muchas
cosas y la mala leche me hace reafirmarme en la creencia de
que, podremos volver a sentirnos con la honra intacta cuando
se cambie el sistema electoral y cuando, el Día de las
Fuerzas Armadas, desfilen el Tercio, la Benemérita y
Regulares, al son de la chirimía, por la avenidas
principales de Bilbao y de Barcelona. ¿Qué escupen? ¿Qué
reinando los peperos celebraron un Día de las Fuerzas
Armadas en Cataluña? Sí, pero si mal no recuerdo hubieron
cuerpos que no desfilaron, porque estaba de Ministro el
blandujo del Trillo y si miento que me condene, para mí que,
ese mazapán con cartera ministerial, quería que desfilaran
con los soldados, no sé si los jilipollas de “Payasos sin
fronteras” o algunos chupópteros onegetistas similares. Eso
arañó el sentir de millones de españoles. Los peperos se las
traían. Muchos cojones con el descansado Jesús Gil y mucho
linchamiento con los pretendidos saqueos de Marbella, como
si Marbella tuviera los presupuestos de los ayuntamientos y
las diputaciones gobernadas por el PNV y se dedicara a
subvenciones nebulosas o directamente más negras que la pez.
Igualito que ahora. Los cojones y la mala hostia para
quienes no matan. A machacar al alcalde Barrientos de
Estepona, que es un buen hombre, o el montaje policial
malayo deteniendo a pobres notarias, pistola en mano, en
medio de la calle o a niñas como Gigi Román que pesa
cuarenta y ocho kilos o a la estudiante María Roca, para
machacarles el alma a sus padres. Los huevos para reventar a
buena gente. Y el de Juana vacacionando, después de haber
pagado menos de un año de prisión por cada uno de sus
asesinatos. O el Otegui saliendo del trullo hecho un figurín
tras unas vacaciones pagadas por los españoles donde, el
asqueroso, hizo yoga e inglés ¡Que mono!. ¿A que ustedes
quieren también que les paguen unas vacaciones de yoga e
inglés? Y el dinero que tiene de Juana para viajar ¿Quién o
quienes se lo suministran? ¿No es eso digno de ser
investigado por los valientes policías de Blanqueo de
Madrid, esos que detienen con tanta saña a mujeres y a
niñas?.
Estamos más “arrascáos” que las esterillas de los gatos.
Cosiditos a zarpazos. Y los arañazos en la honra no se curan
con Betadine. Se curan echándole cojonines. Eso es.
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