Tradicionalmente cada discurso
institucional, o más bien cada intervención política, en la
que aparece una referencia expresa al Estrecho de Gibraltar
suele servir para recordar los condicionantes que repercute
sobre la ciudad autónoma de Ceuta en materia de transporte,
insularidad... Seguramente hoy en el Patio de Armas de las
Murallas Reales se pueda oír, por fin, cómo se habla del
Estrecho como un elemento que más que separar une. Es el
caso de Andalucía y Ceuta. La pequeña ciudad autónoma
situada en el Norte de África y la gran comunidad andaluza,
que ocupa casi una quinta parte del país, tienen en su
ubicación geográfica, como muy acertadamente señala el
presidente de la Junta de Andalucía en la entrevista que hoy
publica este periódico, un elemento emblemático que las
ensambla para siempre y teje alrededor de ambas un cúmulo de
intereses y oportunidades que de sus responsables políticos
depende saber aprovechar. La Ciudad Autónoma inició el año
pasado con Melilla una interesantísima propuesta: rendir
cada año un humilde tributo a cada una de las regiones
españolas. No sólo se trata de ser agradecido y reconocer
explícitamente el apoyo y la solidaridad que Ceuta recibe de
todos sus ciudadanos y de sus gobiernos. También de invitar
a sus máximos responsables, que como es lógico suelen venir
acompañados por los medios de comunicación más importantes
de esas autonomías, a conocer de primera mano lo que es la
ciudad, una realidad que cada vez está más lejos de los
tópicos limitados exclusivamente al chapiri y al hachís de
antaño. Este año le toca a Andalucía el honor de ayudar a
llenar un acto del que todos los ceutíes (entendido como
todos aquellos que viven y trabajan aquí), por la
contribución impagable que han hecho al desarrollo de la
ciudad, deben sentirse también protagonistas. Hoy debe ser
un día de fiesta para celebrar con orgullo junto a los
representantes de la comunidad vecina el crecimiento y
madurez de esta tierra y las grandes potencialidades que
debe explotar en el futuro.
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