El tratado de Lisboa aprobado el 13 de diciembre de 2007 es
el mayor instrumento de cohesión y desarrollo de embargo, el
resultado del referéndum Irlandés ha venido a ensombrecer el
gran proyecto Europeo.
¿Puede considerarse a la dinastía Idrisi creadora del
Marruecos actual? Aunque pudiera parecer excesivo así se
infiere de algunos rasgos de la misma y, lo que es más
importante, para el actual Reino de Marruecos no hay duda de
ello. En consecuencia, Idris I encabeza el mito fundacional
del Estado marroquí de la misma forma que los vecinos del
norte (España) defendemos la pretérita existencia de
Hispania (provincia romana primero), después el Reino
Visigodo y, tras la ola de invasión islámica (711) creadora
de Al-Andalus (la España mora), el Reino de Asturias fundado
por Pelayo (sucesor del rey visigodo Rodrigo) como embrión
del presente Estado español. Para la ciencia política, tres
son las características que deben confluir en cualquier
estado: unidad territorial, población definida y
administración central. Saque el lector sus oportunas
conclusiones.
Como hemos visto las fronteras del Reino Idrisi fueron muy
fluctuantes en el tiempo, coexistiendo por lo demás con
otros reinos o emiratos: Barwata, Nekor, los Banu Isam de
Ceuta, etc. Aun con ciertos matices, Terrasse no duda en
afirmar que “… su obra de civilización iniciada en la
fundación de Fez, ha tenido consecuencias grandes y
durables. Creando y desarrollando el gran centro de difusión
del Islam, de su civilización de tipo oriental y de su
lengua, los Idrisies han pesado mucho sobre la historia de
Marruecos”. Azzuz Hakim es aun más rotundo: “La dinastía
Idrisi es la verdadera fundadora del Marruecos musulmán y
sus dos primeros monarcas, Idris I e Idris II, son
considerados como los gloriosos creadores de una obra
política-religiosa en Al-Magrib (sic), que ha sobrevivido
hasta nuestros días. Y eso que el reino marroquí apenas si
se extendía hacia el sur o hacia el Este del actual Imperio
(sic) de Marruecos”. En la desaparición del poder de esta
dinastía coadyuvaron (advierte F. Maíllo) “los omeyas de Al-Andalus
y los fatimíes con sus enfrentamientos militares en el
Maghreb”.
Unas breves pinceladas finales sobre un valor universal de
Fez, capital del reino Idrisi y antigua capital imperial: la
legendaria mezquita Karauin con sus 16 naves y 270 columnas,
sin duda la universidad más antigua del mundo musulmán
levantada más de un siglo antes de la famosa Al-Azhar de El
Cairo. En contra de lo que suele creerse (y contarse por un
sinnúmero de guías), no fue obra de los soberanos idrisíes.
Construída durante el reinado de Yahya I (838-859), bisnieto
de Idris I, fue financiada por una piadosa mujer de nombre
Fátima (también conocida como Um Al-Banin, “Madre de
chicos”), quien dio comienzo a las obras en noviembre de 859
(245 de la Hégira) empleando en ellas la fortuna heredada
por su padre; a su término tenía un patio pequeño y cuatro
pórticos. La primera gran ampliación data del “wali”
(gobernador) andalusí Ahmed Ben Abu Bakr Al-Zanati, nombrado
por el Califa Omeya de Córdoba, quien levantó el actual
alminar (o minarete), extendiendo su superficie salvo por el
sur en 956; posteriormente fue reformada por el sultán
almorávide Yusuf Ibn Tasfin. “¡Oh Fez, todas las bellezas de
la tierra están reunidas en ti”, dice un popular dicho. El
novelista Edmundo de Amicis escribió en 1876 al visitarla:
“Al primer golpe de vista, se adivina la grandeza de la
antigua metrópoli”.
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