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					 Rachid, un agente de la Brigada de Seguridad Ciudadana 
					de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, se ha 
					convertido en un “héroe” tras su brillante actuación para 
					atender primero a las personas que el pasado sábado fueron 
					atropelladas por un kamikaze en una calle peatonal de 
					Málaga, y detener después al responsable de los hechos. 
					Rachid, que se encontraba en el lugar de los hechos, tuvo un 
					papel clave para evitar la huida del conductor. 
					 
					Algunos periódicos de la Costa del Sol, como el Málaga Hoy, 
					lo califican de “héroe”. Y no es para menos, porque Rachid, 
					un policía nacional que trabaja en Melilla, pero que el 
					pasado sábado se encontraba de viaje en Málaga, se convirtió 
					en uno de los principales protagonistas para atender primero 
					a las personas que fueron atropelladas por un kamikaze en la 
					calle Larios de Málaga, y detener después al responsable de 
					los hechos.Según publicaba el diario Málaga Hoy en su 
					edición de ayer, Rachid es un oficial de la Brigada de 
					Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de 
					Melilla que actualmente se encuentra de baja laboral por 
					enfermedad. De hecho, el motivo por el que se encontraba en 
					Málaga era precisamente para someterse a una revisión médica 
					tras ser operado de una hernia inguinal. El sábado al 
					mediodía se encontraba en la emblemática calle Larios de 
					Málaga, que es peatonal, cuando de repente un conductor 
					apareció en escena con su vehículo a gran velocidad, 
					atropellando a varias personas y causando escenas de pánico 
					en el centro urbano malacitano. Rachid, que pudo librarse de 
					ser embestido por el coche, acudió a socorrer a Asumpta 
					Mastroniani, la primera mujer que fue atropellada, e incluso 
					la salvó de que fuera arrollada por segunda vez cuando el 
					kamikaze dio la vuelta para prolongar un poco más el pánico 
					en la calle Larios. Después, este policía nacional 
					melillense tuvo un papel clave para ser el primero en 
					detener al conductor, al que arrebató las llaves para evitar 
					su huida, e impidió que la muchedumbre que acorraló el coche 
					no lo agrediera. 
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