Español de Navarra, después de su formación como piloto de
aviación encaró con decisión la aventura, tanto en el mundo
de la empresa como en la naturaleza. Nieto del vizconde de
Eza, se puso hace años el agua por montera recorriendo los
mares en moto acuática, consiguiendo numerosos galardones y
un récord mundial al enlazar, en febrero de 2002 a bordo de
la “Numancia”, Roma con Nueva York a través de las
turbulentas aguas del océano Atlántico, enarbolando con
orgullo la bandera roja y gualda al cruzar delante de la
Estatua de la Libertad. Álvaro insiste siempre en que el
deporte y la aventura, al unísono, son un excelente antídoto
contra la lacra de la droga, letal amenaza contra el que el
empresario y navegante consagra buena parte de sus
esfuerzos.
Ligero de equipaje y enarbolando una franca sonrisa tras
aterrizar a mediados del último febrero en el aeropuerto de
Tánger, para después dirigirse a Ceuta, Álvaro de Marichalar
nos dejó claro al pequeño grupo que le recibimos una cosa:
que “sentía España” y ello le animaba a presentarse como
candidato al Congreso por la nueva formación política de
UPyD. Con la vida hecha y sin agobios, sin ninguna necesidad
de protagonismo o de intentar vivir (como otros) de la cosa
pública, Alvaro de Marichalar encaraba así, con la
generosidad y valentía que le caracterizan, otra aventura.
Llegó a Tánger
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