No es exclusivo de Ceuta, ni
tampoco de las grandes ciudades. El vandalismo se ha
extendido y cada día va un poco a más para manifestar, no
tanto, unos ideales, sino un “descontento”, o una aversión
frente al orden, al tacto correcto y a las normas de la
convivencia.
Y, además, como en estos momentos se confunden derechos con
acciones que llevan una buena tajada de desatinos, pues hay
quienes justifican o toleran algo que, a la larga, nos
cuesta a todos por igual.
A Ceuta, el vandalismo le costó el pasado año la friolera de
60.000 €, o dicho en otras palabras, unos diez millones de
pesetas.
Esa cantidad hubiera servido para dar empleo, por ejemplo, a
media docena de personas, durante todo el año.
Pues bien, a pesar de la cantidad, que a mí me parece muy
respetable, para Equipamiento Urbano y Dotaciones, esa
cantidad “no es preocupante” y aseguran que está por debajo
de ciudades similares.
Una afirmación de este tipo me parece lamentable, porque es
estar dando pie a que en el futuro lo que hay hoy se haya
ampliado. Es más, si está por debajo de algunas ciudades
similares, también debe estar por encima de otras, y las
comparaciones, aquí más que en otros aspectos, son, cuando
menos, odiosas.
¡¡Es mucho el coste y no se puede ni tolerar, ni justificar,
de ninguna forma, a los vándalos!!.
Así pues, grosso modo, diez millones de las antiguas pesetas
están costando los destrozos que unos zánganos o desalmados
hicieron a lo largo del 2007, y si esa es una “cantidad no
preocupante”, la persona que afirma eso que eche mano de su
cuenta corriente y lo pague. Ahí ya sería más preocupante y
, además, hasta daría votos en las próximas elecciones.
Y en los desperfectos, la moda, desde hace más de una
década, está en los grafitis que nos van a costar a todos,
repito, A TODOS, casi 30.000 €.
En el estudio de la Viceconsejería de Equipamientos Urbanos,
se asegura que las cifras están rondando la media del resto
de España. Esto no lo voy a dudar pero, ni siquiera así, lo
voy a justificar y, mucho menos, aplaudir.
Con estos hechos consumados, la Ciudad ha comenzado la
reparación de todas las paredes con grafitis, que en alguna
barriada era una constante en todas y cada una de sus
paredes.
El responsable del área, Gregorio García Castañeda, cree que
las cifras del pasado año serán muy similares a las de este.
En algo debemos de estar contentos, en que no han aumentado
esas cifras, pero el que no se hayan reducido nos lleva a
pensar que no se ha puesto todo el empeño y los medios
necesarios para haber atajado esto.
Hemos dado ya la cantidad aproximada de lo que cuestan los
grafitis, por encima de los cinco millones de las antiguas
pesetas, que es lo que más daño hace a la Administración,
por todo, pero muy especialmente por el coste.
Y como los daños no pueden ser únicos de un tipo, ahora
también están de moda los bolardos y el aumento del robo de
estas piezas, que añaden un “plus” más a la Ciudad, unos
8.000 € o más, con lo que a esto habrá que añadir más de
otro millón en arreglos de bancos, y otro tanto en parques
infantiles. No se puede tolerar.
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