El puerto de la ciudad autónoma ha
vivido durante los tres últimos días y probablemente también
hoy y, en menor medida, mañana, las jornadas de mayor
tráfico y agitación de todo el año coincidiendo con el
último fin de semana de agosto, ‘días punta’ característicos
de la Fase Retorno de la Operación Paso del Estrecho (OPE).
Aunque, por muy bien preparada que esté, nunca se puede
garantizar que no se producirá ninguna eventualidad que
complique la gestión de la estancia, espera y embarque de
miles de vehículos y pasajeros el puerto de Ceuta y sus
responsables han demostrado no sólo capacidad de previsión,
sino también de respuesta. Precisamente la noche del jueves,
cuando se produjo la mayor avalancha registrada hasta ahora
de automóviles de vuelta a Europa, la rampa de acceso al
mayor de los buques que están realizando rotaciones entre
Ceuta y Algeciras sufrió un problema que amenazó con
mantenerla inoperativa durante doce o más horas, lo que
hubiera terminado por colapsar no ya las instalaciones del
puerto de la ciudad, sino también sus alrededores en el
casco urbano.
A pesar de que la infraestructura estropeada es propiedad de
la naviera Euroferrys los técnicos de la Autoridad Portuaria
asumieron como propia la tarea antes que esperar a que la
compañía desplazase a sus propios operarios desde la
península. Era lo que tocaba. Ya llegará el momento de que
empresa privada y puerto arreglen cuentas en lo que a la
reparación de los desperfectos y sus costes se refiere, pero
en el momento en que se produjo la avería no era eso lo
importante, sino la agilidad en la que es la mayor operación
del mundo de paso de vehículos y pasajeros sobre el mar
entre dos continentes. Gracias a esa respuesta de primera,
necesaria y responsable, lo que prometía ser un problema de
doce horas de duración no se prolongó más que dos. Todos los
viajeros que retornan a sus lugares de residencia y la
ciudad, cada vez más escogida para cruzar el Mediterráneo,
deben agradecer y reconocer al puerto su gran labor.
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