David Muñoz, el carismático cantante del dúo Estopa, asegura
que tanto él como su hermano aguardan el concierto con
especial interés en esta gira. “Ahora sí que podremos decir
que hemos tocado en los cuatro rincones de España”, se
congratula David, quien ha oído hablar de que el sitio en el
que se ha montado el escenario es especialmente encantador.
“Que yo sepa, nunca hemos tocado dentro de un conjunto
monumental”, ríe y acto seguido me pregunta si es mejor
viajar en helicóptero o en barco. “Yo viajaría en
helicóptero, que es mucho más rápido, aunque nunca lo he
hecho”, contesto. Rápidamente me aclara que él tampoco ha
cogido nunca un helicóptero y no esconde cierta preocupación
por el viaje.
Pregunta.- ¿Ceuta es uno de los pocos sitios de
España que os faltaba por visitar?
Respuesta.- Sí, y con muchas ganas. Ahora sí que podremos
decir que hemos tocado en los cuatro rincones de España.
P.- No sé si os han informado que vais a tocar dentro de las
Murallas Reales, un conjunto monumental precioso.
R.- Nos han dicho que el sitio es tan bonito que no nos
vamos a olvidar del concierto. Que yo sepa nunca hemos
tocado dentro de un conjunto monumental histórico, que yo
sepa –risas–. Aunque a lo mejor sí lo hemos hecho.
P.- ¿Cómo es esta gira de presentación del disco ‘Allenrok’?
R.- Vamos a cantar las canciones del nuevo disco y también
los temas que nos han llevado a hacer este último trabajo.
La gente que venga al concierto va a poder escuchar las
canciones que en su momento la gente hizo suyas, de todos
nuestros discos de 2000, 2001, 2003 y 2004.
P.- Para este trabajo habéis recuperado colaboraciones de
gente que tocó en vuestro primer y exitoso disco, ¿no es
así?
R.- Sí. En el primer disco conocimos a Chonchi Heredia, que
es una cantaora de Granada que canta de puta madre. Creo que
ha sido la única voz femenina que ha salido en nuestros
discos. Nunca se habían vuelto a cruzar nuestros caminos,
pero en este disco sí que precisábamos de su energía para
acompañar la primera canción, Cuando amanece, que creo que
es una especie de Tu calorro evolucionado al siglo XXI.
P.- ¿Qué tal está funcionando el disco en cuanto a la venta?
R.- Hace ya tiempo que no pregunto, porque cuando se llega a
los 200.000 discos vendidos parece ser que es un tope. Es un
placer estar en el techo de la música después de diez años.
Es para estar orgulloso.
P.- Sé que tuvísteis algún problema de piratería antes de
publicar el disco.
R.- Alguien lo colgó en Internet incluso antes de que
estuviese publicado. Que hubieramos vendido más es seguro,
pero bueno, estamos contentos con las ventas que ha tenido
el disco. Aparte del rollo de las descargas ilegales y el
top manta, que pasa con todos los discos, nos molestó más
que nos fastidiasen la posibilidad a nosotros mismos de dar
la primicia de nuestro nuevo trabajo. No obstante, la gente
ha respondido comprando el disco masivamente, por lo que
tampoco le vamos a dar más importancia.
P.- ¿Cómo pudo ser que el disco estuviese colgado en
Internet antes de llegar a las tiendas?
R.- A partir de ahora confiaremos en menos gente. Yo pensaba
que la compañía lo tenía bien custodiado y ellos, supongo,
que también lo pensaban; pero al final alguien metió la
gamba y lo puso donde no lo tenía que poner, en una página
de estas en la cual se suponía que sólo iban a colgar 20
segundos, pero el hecho es que estuvo 24 horas al acceso de
todo el mundo y se descargaron 256.000 copias del disco.
P.- ¿Es Internet una herramienta útil para las bandas que
empiezan y un problema para las que ya están consolidadas?
R.- Realmente supone más problemas para los grupos que
empiezan, aunque sirva para darlos a conocer y que puedan
demostrar su talento; pero claro, las compañías lo que
hacían es de filtro, porque en Internet no hay filtro: te
encuentras desde lo más friki hasta gente que perfectamente
podría grabar con una compañía. El problema es que las
compañías ya no van a apostar nunca más por grupos jóvenes,
creo que eso se ha acabado. En nuestro caso, vendemos menos
discos, pero los grupos como nosotros ya estamos
establecidos. Cuando las compañías fichan un grupo nuevo es
de agradecer, pero eso se va a acabar. Será de otra manera.
P.- ¿Se puede realmente luchar contra la piratería o es
ponerle puertas al mar?
R.- Es como querer poner el mar en un cubo de agua. No se
puede hacer nada, porque no se puede luchar contra algo que
es gratis. Encima, ahora con la crisis tampoco le puedes
decir a la gente que compre este u otro producto, aunque en
realidad sería lo ético: comprar los discos como se compran
el resto de productos del mercado.
P.- Estoy oyendo llorar a un niño, ¿es tu hijo?
R.- Claro. Este sale en todas las entrevistas.
P.- ¿Cómo se lleva lo de ser padre de familia y estrella de
rock al tiempo?
R.- Lo llevo bien. No es complicado. Éste, por ahora, no se
entera de nada; y espero que no se entere por el momento.
P.- Hablemos de vuestros comienzos. Yo soy de Santander y
recuerdo que en 1999 tocásteis en una sala no para más de 30
personas y dos años después llenásteis el Palacio de los
Deportes con 6.000 aficionados. ¿Cómo se vive un éxito tan
descomunal en tan poco tiempo? ¿Os afectó?
R.- Nos afectó. Aunque nosotros decíamos que no nos afectaba
y que estábamos con los pies en el suelo y bla, bla, bla,
bla, bla; ahora, pasado el tiempo, nos damos cuenta que no
estábamos con los pies en el suelo y que sí que nos
afectaba. Te cambia el trabajo. De tocar para cien personas
a hacerlo para 20.000... te raya. Nosotros tenemos nuestro
mecanismo para quitarle importancia a las cosas. Por ello
nos gustaba pensar que éramos el grupo de moda del año 2000
y que con el siguiente disco todo pasaría. Sin embargo, con
el siguiente trabajo siguieron comprando muchas copias y a
las giras seguía viniendo un montón de gente. Sacamos un
tercer y cuarto disco y manteníamos el éxito. La gente nos
ha demostrado que no éramos una moda de un año.
P.- ¿Cómo se lleva la fama, no poder salir a la calle sin
que os reconozcan?
R.- Como todo en la vida, la fama tiene cosas buenas y cosas
malas, pero yo estoy contento no con la fama, sino con el
reconocimiento de la gente y el trabajo que tengo. Yo, más
que fama, prefiero llamarlo reconocimiento de la gente.
Cuando a alguien le gusta tu trabajo y te agradece que hayas
compuesto esas canciones, eso es muy bonito, ¡qué quieres
que te diga! Luego hay un tipo de fama que le da igual que
seas Dinio o Serrat –risas–. Esa fama no sirve absolutamente
para nada, sólo para que salgas a la calle y te mire todo el
mundo, sin que sepas si les gustas o no les gustas. De todas
formas, la gente nos ha demostrado que es muy educada y nos
tratan con muchísimo respeto. Creo que, por lo menos, les
caemos bien –risas–.
P.- ¿Pensáis que vuestro primer disco, que es hasta la fecha
el que más ha vendido, es todavía vuestro mejor trabajo?
R.- No lo sé. De este último estoy muy satisfecho, porque
hemos podido hacer doce canciones que a mi hermano y a mí
nos llenan. Nueve años después de grabar el primer disco,
que para mí es mi disco de ensueño y sigue siéndolo, hemos
hecho este trabajo que nos ha dejado muy satisfechos. Es
verdad que por eso del sentimentalismo nunca podrá ocupar el
lugar de nuestro primer disco. Era la novedad, fue una
mezcla de canciones que teníamos de toda nuestra historia
hasta ese momento. En los siguientes discos tuvimos que
componer en un espacio de tiempo menor y eso es otra cosa.
De todas formas, ¡estoy tan contento de que después de cinco
discos sigamos haciendo las canciones que nos llenan! Me
quedo con Allenrok y Estopa, el primero.
P.- Tras el éxito que os dio el primer disco, ¿os presionó
la compañía para sacar otro trabajo cuanto antes para
aprovechar la estela de ‘Estopa’?
R.- En ese momento sí. En el tercer disco también, pero ya
dijimos stop. En el segundo trabajo nos dieron muy poco
tiempo para componer, pero pudimos tirar de las canciones
que hacemos día a día, porque para mí es una vocación,
componer no me resulta un trabajo. Yo no tengo que componer,
quiero componer. Eso es una suerte. En ese momento pudimos
hacer Vino tinto, Volver a las andadas, Nasío pa la
alegría... que sonaron muchísimo. En el tercero, el cuarto y
el quinto nos hemos tomado un añito para no tener que
forzar. Creo que es lo más saludable; y para el sexto disco
imagino que nos tomaremos un poquito más de tiempo, porque
para mí lo más importante no es tocar en muchos sitios ni ir
a Miami a los Premios Grammy, porque si no paras no
compones. Yo para componer necesito parar; y la madre del
cordero de todo esto, para seguir adelante, es hacer buenas
canciones. Queremos poder marcar nosotros los tiempos, que
no nos los impongan.
P.- ¿La consolidación del éxito a partir del segundo disco
os ha dado la posibilidad de tener más poder creativo e
imponeos a la discográfica?
R.- Nuestro quinto disco está producido por nosotros. Si la
compañía no quiere, ya puedes decir tú misa que no lo
produces. La compañía tiene que dar el visto bueno junto a
nosotros. Hay que tener un común acuerdo. Nos hemos ganado
la confianza de la compañía. Cuando se lo dijimos a Paco
Martín, que es un señor que hay en Sony, nos contestó que ya
era hora de que se lo propusiésemos. Para nosotros ha sido
todo un placer. Le hemos dedicado todo el tiempo del mundo a
estas canciones, gustándonos.
P.- ¿Os consideráis tal vez los creadores de un género cañí
que mezcla rock y rumba?
R.- Nunca pensamos que nosotros fuésemos creadores de nada.
Lo que sí que pasa es que a veces escucho grupos que sí que
se parecen a la música que nosotros hacemos. Eso nos hace
bastante ilusión.
P.- ¿Qué opinión tienes de todos los grupos que salieron
tras vuestro éxito, como Melendi?
R.- A mí me hace ilusión. Cuando salen grupos buenos, como
El Último de la Fila o Radio Futura, siempre han salido
después una legión de grupos inspirados en ellos.
Evidentemente, está todo inventado, pero cuando algo te
suena a algo es por algo. A nosotros no nos molesta, todo lo
contrario. Lo que pasa es que luego ellos no lo reconocen
-risas-, pero bueno, qué mas da.
P.- Tras diez años de carrera, ¿seguís teniendo las mismas
influencias?
R.- Siempre tratamos de diversificar sonidos, pero tengo la
impresión de que no lo hemos conseguido hasta ahora, con
Allenrok. Siempre nos han dicho que hacemos el mismo rock y
que las canciones no evolucionaban. Quizás me leo demasiado
las críticas -risas-, pero sí que llevan algo de razón, para
qué nos vamos a engañar. Hasta ahora no habíamos tenido la
oportunidad de producirnos a nosotros mismos. Se ve que
había algún productor que dijo que había que seguir con la
misma manera de producir para que funcionase la cosa. Esta
vez hemos querido darle una tuerca de vuelta a nuestro
sonido, algo que no es nada fácil. Te dicen: “Inventate”.
Joder, invéntate tú -risas-. Ahora nos hemos reinventado.
Hay un tema de reggae; una balada de inspiración de los años
80; una canción de heavy metal como nunca habíamos hecho, de
thrash metal, Jugar al despiste; hay alguna canción que
recuerda a alguna banda sonora de alguna película
inquietante de Tim Burton; una canción discotequera; y hay
por supuesto una rumba catalana, pero sólo una. No nos hemos
cortado ni un pelo.
P.- Última pregunta, ¿un mensaje para la gente que vaya a
acudir al concierto?
R.- Que espero que se lo pasen tan bien como nos lo pasamos
nosotros. Nuestro objetivo es que la gente que venga, cuando
se vaya tenga unas ganas locas de irse de marcha a tomar
algo; que les infudemos espíritu de marcha.
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