Hemos entrado en la última semana
de agosto, que implica el final de las vacaciones para
cientos de miles de ciudadanos.
Ahora, desde el pasado fin de semana, las carreteras tienen
más movimiento, los trenes van llenos de pasajeros, en los
aviones apenas hay plazas para desplazarse. Un año más que
vuelve a la normalidad de las últimas semanas de verano, o
al “preotoño” en el que todo es similar a años pasados, y
todo es diferente a lo que fueron los meses de julio y
agosto.
Estos son los momentos de comenzar a hacer números. Las
tarjetas se han utilizado casi sin pensar que llegaría el
momento en el que se iban a cargar todos los despilfarros, y
para más “INRI” ahora hay que comprar los libros de los
nenes, con lo que llega otro “plus” negativo del que nos
habíamos olvidado.
A pesar de todo, no hay que amargarse, cambiamos los
langostinos por el “avecrem”, el “pata negra” por la
mortadela y el taxi por el autobús.
No nos debemos olvidar de que tras este primer mes,
postvacaciones, de un poco de estrecheces, veremos pronto
los anuncios del cava, los mazapanes, los turrones y las
figuritas del nacimiento.
Es el correr del tiempo, lo de atrás se ha olvidado, lo
presente trataremos de solventarlo lo mejor que podamos y lo
futuro lo empezaremos a programar.
“ De otras mas complicadas hemos salido otras veces”, decía
la madre previsora, mientras veía como en el fin de las
rebajas, todavía, había podido comprar “a buen precio” el
uniforme para el cole, del niño pequeño.
La televisión da los últimos datos de lo que fue el verano.
La inflación creció un poco más. La gasolina tuvo altas y
bajas, pero descendió el precio más lentamente de cómo sube
cuando el petróleo cuesta más caro. Parece que la subida del
petróleo le da alas a los gobiernos, y es que al día
siguiente de la subida del barril ya está la subida en las
gasolineras, mientras que cuando desciende el precio del
barril tarda tres semanas en dejarse notar en el lugar donde
vamos a repostar.
Más datos en la televisión:” muchos accidentes, muchas
víctimas mortales”, sin embargo el “geta” del político de
turno parece muy satisfecho porque han muerto 12 menos que
el año pasado.
Y a todo esto los radares siguen aumentando, pero no en
todos los puntos negros que hay en las distintas rutas.
Todo esto lo estamos viendo, día a día, en la televisión,
que parece recrearse con todos eso datos, recordándonos
aquello que había en los periódicos de los años 50 y que
entraba en el llamado “capítulo de sucesos”.
Lo de las vacaciones no es que entre en ese capítulo, pero
de las vacaciones derivan muchas de esas noticias que sí se
encuadran en este negro capítulo.
Y hay algo que la última semana me está llamando la atención
y es que de la crisis no se ha vuelto a hablar. ¿Será que ya
no hay?. Más bien lo que ha pasado es que las medallas
logradas en los juegos olímpicos de China nos han obnubilado
todo y nos hemos olvidado de lo que teníamos, tenemos y
vamos a seguir teniendo, ya veremos por cuanto tiempo.
Y para remate fiesta ahora gana el Madrid la Supercopa con
dos jugadores expulsados. Lo dicho, se acabó la crisis.
Vivir para ver, en el final de las vacaciones.
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