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cultura - MIÉRCOLES, 27 DE AGOSTO DE 2008


El bronce de Al-Idrisi en el taxi. h.m.

Donación de Serrán Pagán a la barriada El Príncipe
 

La cabeza de Al-Idrisi viaja en taxi

El escultor Ginés Serrán Pagán y el arquitecto municipal, Javier Arnaiz, decidieron ayer la ubicación de la primera pieza de bronce, que tendrá su asiento en las inmediaciones de la barriada del Príncipe Alfonso

CEUTA
Fernando M. Caracena

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Abd Abu Allah Muhammad al-Idrisi fue el cartógrago autor de la Tabula Rogerina, un mapamundi donde África aparecía al norte y Europa al sur, tal y como entendía su lógica almohade. Al-Idrisi nació en Ceuta hacia el año 1.100 y, por muy audaz que pudiera ser, nunca imaginó que su cabeza viajaría en el maletero de un taxi.

Después de 908 años tras su nacimiento pero en la misma ciudad, el artista ceutí Ginés Serrán Pagán fue a la galería de arte que el escultor tiene en el Hotel-Parador La Muralla. Serrán Pagán ha donado a la barriada El Príncipe uno de los bustos del cartógrafo forjados en bronce y plata que descansan junto a las cristaleras de la galería. Es una réplica de la cabeza de la escultura completa que se ubica en la plaza situada junto al desdoblamiento de las Palmeras. Con un golpe de riñones Serrán levantó el busto, de unos 30 o 40 kilos, y lo depositó en uno de los carritos para transportar maletas del hotel. El escultor iba a elegir junto al arquitecto municipal, Javier Arnaiz, el lugar más adecuado para su obra en la barriada.

El taxi que tomó Serrán iba en dirección de la Oficina Técnica de Obras de la Ciudad de El Príncipe. Al-Idrisi iba atrás, en el maletero, sus viajes en el siglo XII no debieron ser mucho más amenos. En la oficina estaba Arnaiz esperando, “es preciosa” dijo con sinceridad en un primer vistazo. Hubo un traslado de coche y de maletero. “¿De qué está hecha?” preguntó Arnaiz una vez instalados en el coche, “Un 95 por ciento es de cobre y tiene también algo de zinc y estaño. Esta aleación le da mucha dureza, te asegura una durabilidad de entre 8.000 y 10.000 años. Esta es la que prefieren los chinos, hay bronces en Shangai con unos 8.000 años de antigüedad y ellos continúan haciéndolas igual” explicó Serrán Pagán. “Los romanos preferían darle plomo ¿no?-replicó Arnaiz- eso las hacían más maleables”.

La conversación terminó con el frenazo del coche. En frente una obra amplía y polvorienta situada en el vértice entre el cementerio de Sidim Embarek, la calle Capitán Claudio Vázquez y el acuartelamiento de El Serrallo. El cielo, abolutamente abotellado, detacaba los verdes vidriosos del rostro de Al-Idrisi.

Trasladaron la estatua a una de las incipientes construcciones de roca del espacio. La ciudad tiene proyectada crear allí una plaza, en suelo militar cedido gracias a un acuerdo con la Ciudad por el que se encargarán de construir una tapia y facilitar la salida de vehículos ge El Serrallo.

Arnaiz comienza la explicación de como será el proyecto: “La idea es situarla en un elemento triangular que iría en una de las esquinas de la plaza. Primero iría una mastaba, donde podría sentarse los vecinos y después un pedestal formado por elementos circulares donde iría la propia estatua”. “¿Y colocarla en el centro de la plaza?” inquirió Pagán. “Creo que no, creo que algo así sería para un lugar muy urbanizado y este espacio es demasiado libre, algo en medio de la ciudad como las plazas de Florencia”. Serrán miró al frente y pudía ver las zonas arboladas, el extenso cementerio de Sidi Embarek y el mar confundiéndose al fondo con el cielo nuboso. Parecía convencido con las explicaciones del arquitecto.

“A lo ‘Acorazado Potemkin’”


“Debajo del espacio de la estatua, iría una escalinata así, larga, a lo Acorazado Potemkin -bromeó Arnaiz con la película del director ruso Serguéi Eisenstein- y se vería desde abajo. La pieza, con la mastaba y el pedestal podría alcanzar los seis metros de altura”. La idea de la altura le gustaba a Serrán Pagan, la estatua de Al-Idrisi del desdoblamiento de las Palmeras alcanza los cuatro metros. Ambas estarían a una altura parecida. “Tengo una estatua hecha con un semicírculo, una pieza redonda en el centro y atada mediante cobres que rodean la pieza. Es muy Chillida. ¿No te parece que podría ir bien aquí, la cultura árabe da mucha importancia a lo geométrico?”. El arquitecto se ajustó las gafas y manejó la nueva idea. A Arnaiz le parecía mejor la pieza de Al-Idrisi, se le notaba entusiamado con el proyecto de la mastaba coranada con la cabeza del filósofo.

“Durante el día va a tener una luz magnífica. Mira hoy como se reflejan los brillos en el bronce, por la noche había pensado poner una luz tenebrista que esté bañado por un foco de luz”. Arnaiz tenía la imagen final cada vez más clara y el entusiamo del arquitecto parecía convencer al escultor.

“La idea sería que la cabeza mirara hacia La Meca y además que en una plaquita debajo venga la fecha de nacimiento y muerte tanto en la cronología cristiana como árabe” indicó Serrán Pagán. El proyecto va tomando forma y los dos hombres parecen embebidos en la idea. “Una encina podría acompañar en este sitio a la escultura. Después las piezas de apoyo estarían hechas con azulejos- Arnaiz le enseñó a Serrán Pagán un álbaum con varias gamas de colores- Mira estos azules, pasaría azul prusia al azul turquesa y después al azul ultramar. Sería como poner la cabeza sobre las aguas, simulando los brillos de una cascada”.

La cabeza de Al-Idrisi asistió imperturbable a la discusión sobre su futura ubicación. La idea estba completa y ni siquiera se dirigieron a las otras plazas candidatas a realzar el bronce.

La solera de El Príncipe

La pieza es el primer bronce que se instala fuera del centro de la ciudad, en la periferia. “Es un paso grande hacia la integración urbanística del barrio en la ciudad. El Príncipe es un barrio con solera, con mucha historia y una de las barriada que ya se pueden considerar como pioneras”- explicó el presidente de la barriada, Laarbi Mohamed- “por eso queremos agradecer a Serrán Pagán el gesto que ha tenido con nosotros donando sus piezas”.
 

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