No me pueden ustedes negar que,
pese a programas de la cuatro como “Ola-Ola” donde parecen
empeñados en reflejar a los usuarios de las costas de España
con tintes de Almodóvar, no me pueden negar que, este
agosto, ferragosto que dicen los italianinis, está siendo
bastante convulso.
Operaciones salida-retorno, con el consiguiente reguero de
muertos, por culpa de que, las chapas de los coches, en
lugar de ser de algún material similar al acero, parecen de
manteca de soja y se engurruñen y atrapan a las criaturas en
sus machacadas entrañas. Los ahogados, ya muchedumbre,
cuando, en otros tiempos, el que alguien se ahogara era una
excepción y ahora es a diario, en la mar y en las piscinas,
como si nos hubiera entrado un fario acuático y eso es por
culpa de los del Gobierno que, como van de ateos y nos
persiguen a los cristianos, no acuden a las procesiones de
la Estrella de los Mares, ni encomiendan nuestras costas a
la Virgen del Carmen. ¡Peor vagío tienen los gobernantes!.
Se estrella un avión en Barajas y tienen que avisar los
ciudadanos a las emergencias, pero eso sí, todo muy
políticamente correcto, porque el juez instructor, en lugar
de intervenir al segundo la lista de pasajeros, para
informar a las familias, lo que hizo fue restringir el
acceso a la prensa al lugar de la tragedia. Dejándonos a los
españoles, aún más inquietos y angustiados y no es que
tuviéramos un interés morboso en ver cuerpos calcinados,
tampoco nuestros periodistas son unos hijoputas que se
refocilen en el dolor ajeno, pero si teníamos derecho a la
información a pie de pista, sin tanto secretismo ni tanta
mandanga de cursi togado.
Agosto convulso desde mi Málaga la cantaora donde, los
cobardones de los etarras o cuatro mandáos de los chusmas
borrokilla, han llegado a poner “la bomba” de cada verano.
¡Valiente gentuza de terroristas! Son lo más bajuno del
crimen y tienen menos huevos que un chanquete enharinado y
echado a la sartén para hacer la fritanga y apestar los
chiringuitos.¡Mierdas de tíos! Porque, el público ya puede
comprar en la cosa del terrorismo y un plan es un
integrista, todo loco, que llega recitando, con los ojos en
blanco y el cinturón de bombas y se explosiona en medio de
las multitudes o en desfiles militares, o en cuarteles, o en
sitios normales, pero muere matando. Un cabrón, pero al
menos no vive para contarlo. Pero estos terroristas finolis,
recriados mamando dineros públicos a través de sus apéndices
políticos, ante la sucesiva complacencia de Gobierno tras
Gobierno, estos virtuosos del chantaje que para alargarse a
por el pan y la leche y pagarle en Francia el alquiler a la
casera, tienen que esquilmar a los empresarios o secuestrar
a algún inocente. Estos son basura. Porque matan sin dar la
cara. Sin riesgos gratuitos, sin jugarse los huevos. Y vas e
invitas a un marginal piojoso de ellos, a enfajarse en
bombas y alargarse a matar enemigos encomendando su alma al
demonio y se pone a chillar como las ratas y va y te
denuncia a Amnistía Internacional y sus abogados, que son
más escoria todavía que ellos, te plantan una denuncia por
inducción al suicidio.
Eso sí, a la hora de colocar la bomba, salir echando leches
a tomarse una tila, por aquello de los nervios, comerse un
lexatin y llamar al colega para que llame por el móvil y
diga que hay una bomba en la playa del boquerón, para eso
son únicos. Entonces desalojan a los bañistas, van los
artificieros, desactivan el aparatejo (si es que está
activado) y sale la temática en los periódicos, haciéndoles
existir y asustando al del barecillo que se llama (en
vasco)” El bokadillo , pintxos variados” y le conminan para
que amplíe la hipoteca del local y les pague el impuesto
revolucionario, que también los asesinos tienen que echar
los avíos en el puchero a diario y tener para tabaquillo y
chinas de hachís.
Les digo, les cuento, lo que ustedes saben, que las bombas
que ponen los fanfarrones, nos las pasamos las españolas,
por los cojones. Y el tiro en la nuca… Bueno, de algo hay
que morir y a las familias de las víctimas las ayudan mucho
y les dan mucho calor. Pero llega el ZP y se pone a tramar y
como no tiene la desventaja del PP que cuenta con el Arriola,
va y maquina que, si una de las causas de pérdida de la
nacionalidad española es combatir en ejército enemigo en
tiempos de guerra y el terrorismo es considerado globalmente
a nivel internacional un enemigo, va y le retira la
nacionalidad española a cualquier cabrón que ose hacer
terrorismo contra nuestra España, le declara apátrida y
cuando acabe de cumplir en el hotel la Reja y de comer
bandeja, se le expulsa de la piel de toro para que porculee
y haga sus labores en el culo del mundo. ¿Por qué no se les
quita la nacionalidad española a los condenados por
terrorismo?. Se me ocurre a mí, calorro-rifeña y maruja
neocon y no se les ocurre a quienes se levantan un pastón
por parir ideas y no paren más que sandeces.
¿Miedo? Ya saben por donde nos pasamos las bombitas de esas
boñigas de cerdo: por el forro de los cojones.¡Ele el arte!.
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