Junto con el Reino Barwata y el Emirato del Nekor hubo otras
dos tentativas, además de la dinastía Idrisí, de articularse
como estado en Marruecos situadas en el trapecio norte y en
el área del Estrecho; en conjunto, dos de ellas eran
herejías islámicas y las otras (emiratos de Nekor y Ceuta)
se movían dentro de la ortodoxia sunní. Llama la atención el
hecho de que tres de estos reinos o emiratos (uno de ellos
fue poco más que una secta) vieran la luz en el norte de
Marruecos, sobre la costa rifeña y la región del Estrecho.
Al Sur y oeste de Tetuán, nació de la mano de un tal Hamïm
Al-Gumari una herejía islámica que podría tener varios
puntos comunes con la secta de los Barwata; Hamïm también se
hizo pasar por profeta al igual que Salih ben Tarif,
aleccionando a los bereberes de la región con un “Corán” en
su lengua (el de los barwatas, según Al-Bacri, tenía solo 24
suras); rezaban dos veces al día, al salir y ponerse el sol
(los barwata diez, cinco diurnas y otras tantas nocturnas),
con invocaciones a Moisés; el ayuno era obligatorio un día a
la semana (como los barwata) y el ramadán de tres días; la
carne de cerda estaba permitida (no así la del cerdo),
mientras que se prohibían los pescados no degollados, los
huevos y la cabeza de cualquier animal (los barwatas no
comían los gallos, puesto que su rezo matinal estaba guiado
por el canto de estos animales). En Ceuta, un beréber de
nombre Isam ben Mayaquis (o Magsen, según otras fuentes)
levantó un pequeño reino o emirato, fundando una dinastía
que se mantuvo independiente del Reino Idrisi de Fez
(importante detalle cara a las relaciones bilaterales
hispano-marroquíes, pues ni siquiera en este momento
fundacional del estado marroquí, según su historiografía
oficial, Ceuta estuvo bajo su órbita) hasta ser debelada y
anexionada por los Omeyas de Córdoba (Al-Andalus, la España
islámica).
¿Cómo acabaron sus días estos cuatro intentos de
organización estatal en Marruecos, coetáneos al Reino Idrisí
de Fez…?. el Emirato del Nekor logró rehacerse tras ser
saqueado por los normandos entre el 859-9, pero no pudo
resistir en 917 a las tropas del Califato Fatimí (de
obediencia shiíta) de El Cairo, que conquistan y destruyen
la ciudad matando a varios miembros de la dinastía reinante,
huyendo el resto a acogerse a la benignidad de Abderrahmán
III, soberano del Califato de Córdoba; esto puede explicar
que, en el clásico movimiento de “defensa avanzada” en el
“limes” (como antes hizo Roma y, más tarde, portugueses y
españoles), el ejército califal de Córdoba tomara la Ceuta
de los Beni Isäm durante el reinado de Al-Rida (931, 319 de
la Hégira), mientras que bajando hacia Tetuán las tropas de
Abderrahmán III absorben a los Gomara, pactando con el
sucesor del pseudoprofeta Hämim volviendo a sus gentes hacia
la ortodoxia del sunnismo, con lo cual para finales del
siglo X la región a una y otra orilla del Estrecho estaba
sometida al Califato de Córdoba (Al-Andalus). El Reino
Barwata rechazó tras varios reveses, en 976, a las tropas
califales cordobesas, siendo reducido finalmente tras cuatro
siglos de independencia hacia 1062 por los rigoristas
Almorávides, los monjes guerreros de los “ribat” liderados
por su tercer emir, Yusef ben Tachfin (1061-1107), el nuevo
señor de las Dos Orillas.
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