Flores, estampados de fantasías, rayas o bordados. Algodón,
gasa, seda salvaje o lino. Estos son algunos de los términos
que podrían definir las tendencias de moda que siguen los
ceutíes. Eso sí, cada cultura y cada edad, con sus variantes
y sus establecimientos
Aunque pueda parecer extraño y rompiendo los mitos
preexistentes sobre la mujer y la ropa, la moda masculina se
consagra cada vez más. Ya no sólo por las múltiples
combinaciones que se pueden hacer con todo tipo de prendas y
sus diseños, sino también el éxito de los complementos,
sobretodo, para los más jóvenes.
“Lo que más se demandan son las sudaderas estampadas,
jerseys finitos y las camisetas básicas tanto en verano como
en invierno. En realidad, más ropa sport que clásica. Los
que tienen mucho éxito son los complementos, sobretodo las
gorras, que se llevan muchísimo, y los calzoncillos de todos
los modelos y colores, por esto que ahora a los chicos les
gusta enseñar el borde de los bóxers por el filo del
pantalón”, explicaba Vanessa Quero, encargada de Springfield.
Otros establecimientos, con otro tipo de públicos, señalan
otras tendencias. “Depende de las épocas pero ahora en la
temporada verano-otoño demandan pantalones de lino, camisas
más sport y menos el vaquero. Aunque para las ocasiones
especiales de estos meses, como ceremonias o eventos, se
venden muchísimo los trajes de chaqueta a juego con la
camisa y la corbata”, confesaba Manuel Vega, propietario de
Almacenes Vega.
Para las mujeres existe una amplia gama de productos y
servicios en cuanto a moda se refiere, incluso estilistas en
los propios locales. “La moda va de un año para otro pero
suelo tener más o menos una clientela fija y fuerte que
procede de Marruecos, de Tánger y de Tetuán. Aunque mi
tienda por sus detalles y complementos pueda parecer
exclusiva para ocasiones especiales tengo para todo incluso
ropa informal pero elegante. Muchas clientas incluso me
piden consejos y las preparo con todo, incluso los
recogidos, para que se vean totalmente arregladas”, explica
la propietaria de Nola.
En cuanto a las primeras tendencias, “la gasa, la seda
salvaje, los bordados y los colores bastantes fuertes se
llevan muchisímo este año, en todas las temporadas. Pero
estos formatos vienen para prendas de vestir, festejos y
actos importantes. Claro que este año se va a llevar mucho
la ropa elegante pero que busca lo sport”, adelantaba la
propietaria de la boutique Carmen Astorga.
Desde los grandes emporios de moda adolescente y joven como
pueden ser las firmas Stradivarius, Bershka, Mango o Zara
advierten y confirman la influencia de la cultura árabe en
Ceuta, ya que al parecer existen diferencias en los pedidos
que se hacen en la península o en la ciudad autónoma. Los
datos más relevantes, según una firma nacional de ropa
joven, los muestran los diseños de la ropa, no los estilos,
porque los estampados, colores y tejidos no varían, pero los
escotes, las minifaldas y la ropa ceñida se suelen demandar
mucho menos en Ceuta, la gente se tapa más.
Efectivamente, esta simbiosis cultural también de pone de
manifiesto en establecimientos de ropa de otra índole. Un
ejemplo de ello sería el Bazar Hispano-Árabe, ubicado en
pleno centro de la ciudad desde 1935, siendo la única tienda
más antigua de Ceuta. En ella, aparte de encontrar
auténticas reliquias del mundo árabe, la moda tiene un
importante hueco dentro del establecimiento.
“Vendemos chilabas de caballero y señora y babuchas a
conjunto. Las chilabas pueden ser con capucha, que se
utilizan para salir a la calle, o sin ella, para estar en
casa; y suelen ser llamativas, con mezclas de colores o
bordados. También tenemos candoras, que son vestidos largos
aunque también los tenemos cortos, para ir a la playa, y sin
mangas. Siempre de algodón y punto para el verano, y de lana
o hilo para el invierno. Para los más pequeños tenemos
blusones y pantalones árabes. Todo en tallas muy grandes
para que queden sueltas las prendas y corra aire”, explicaba
Taieb R’Kaina, propietario del Bazar Hispano- Árabe. Y para
todas las edades y todos los gustos, juegan un papel muy
importante los complementos, tales como los fulares. “Tanto
en verano como en invierno se venden mucho los pañuelos y
los fulares. Unos los utilizan para el cuello, otros para la
cabeza, pero siempre son muy coloridos”, añadía R’Kaina.
Para las amantes de la moda y los apasionados por el estilo,
según han adelantado los comerciantes de Ceuta, las
tendencias para la temporada de otoño e invierno vienen
inspiradas en los años setenta y ochenta. Colores fuertes en
tonos azules, verdes y marrones, o fuxias, rojos y vino
tinto, inundarán los escaparates de la ciudad autónoma una
vez entrados los meses de septiembre y octubre aunque hay
quienes se han adelantado y “ya han realizado sus primeras
compras, sobre todo en calzados, con botas y botines, en
piel o en charol”, exponía Nola.
Y es que al cambiar la temporada, toca renovar el vestuario.
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