Es como podemos considerar la
mayor parte del Paseo de las Palmeras, una zona que tuvo
gran movimiento en la etapa comercial de Ceuta, en la que se
vendía todo lo que se exponía, mientras que ahora es una
zona que no atrae, ni siquiera a los paseantes.
No es extraño que una gran parte de los comerciantes clame
al cielo, por cuanto hoy en esa arteria de la Ciudad,
especialmente en la zona que forma parte del Palacio
Autonómico, no hay prácticamente ningún establecimiento
abierto que rinda de verdad.
Ahora mismo es una zona si no muerta, sí desertizada, y
existe, hoy, un gran desequilibrio entre la Gran Vía y este
Paseo de las Palmeras.
Aquí, precisamente, comenzaba el “gran comercio” en aquella
época en la que Ceuta era atractiva por las compras que se
podían hacer en ella, y si bien es cierto que entonces tenía
muchos visitantes, nada más descender del barco, aunque no
todos compraran allí, no menos cierto es que hoy, al ir a
comprar cualquier producto, son pocas las personas que
siguen esta ruta.
Aunque, de momento, con suma tranquilidad, esta es una zona
que se reivindica, y que quiere hacer valer lo que hoy, muy
especialmente en la manzana del Palacio Autonómico, no es.
En estos momentos, si alguien trata de comprar un local para
instalarse y poder vivir de ello, no serían muchos los que
quisieran invertir en esta parte de la ciudad, que es el
auténtico centro. Es más, hay comerciantes que dicen que ni
regalando un comercio lo querría aceptar nadie.
Esto explica, por sí solo, el hecho de que en poco más de
100 metros de una parte de esta calle estén con las verjas
echadas media docena de lo que deberían ser comercios.
Sin embargo, el problema que empieza a plantearse es que no
hay una asociación de estos comerciantes que plantee, de
verdad, sus reivindicaciones, sabiendo hacia donde se va.
Digamos que todos se dan cuenta de la situación, pero no hay
una postura conjunta para ver qué se puede hacer de verdad y
las soluciones que se apuntan, más que como iniciativa de
conjunto, son puntos de vista individuales, y dudamos que
marcados a tono con lo que es la realidad del momento.
Se pide una mejora de la vía, pero una mejora ¿En qué
sentido?. Hay quien habla de la posibilidad de que el paseo
se hiciera peatonal, tan sólo. Hay quienes, incluso, piensan
que se instalaran terrazas al aire libre, con lo que los
posibles clientes de esas terrazas, también lo fueran de los
establecimientos que se volvieran a abrir.
Todos estos puntos de vista, que podrían ser viables, parece
que encuentran algún “pero”, con lo que, que sepamos, no se
ha llegado a ningún acuerdo en cuanto a las medidas que
habría que tomar y que fueran positivas, de verdad, para que
esa zona volviera a ser una zona comercial atractiva, como
ya lo fue.
Lo más apropiado, que sería la peatonalización de la calle,
tampoco agrada a todos, con lo que termina la época que
comercialmente es mejor, se va a entrar en los meses más
flojos y todo sigue igual que hace un año o dos.
Quienes conocimos ese Paseo de las Palmeras, incómodo por la
circulación, pero con muchos pequeños comercios, añoramos
sus escaparates que no sólo estaban mirando al mar, puesto
que tenían clientes.
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