Una idea venía asaltando pertinazmente la mente de José
Manuel Vega desde hace años: ver a Lolita Flores subida en
un escenario de Ceuta, su ciudad natal. Aunque esto ya
ocurrió hace más de 20 años atrás, José Manuel Vega, con 27
primaveras, era todavía muy joven. Todavía no era el mayor
seguidor de Lolita Flores –fue en el año 2000 cuando se
convirtió en el presidente del Club de Fans de Lolita–.
Ayer, este caballa que reside en Madrid desde hace cinco
años, vio cumplido uno de sus sueños. “Es el día más feliz
de mi vida”, aseguraba. Lolita actuó anoche para algo más de
un millar de personas en las Murallas Reales; y, entre
bastidores, el cerebro de Vega, del fan número uno,
segregaba dopamina como para iluminar toda Ceuta.
Antes de esto, EL PUEBLO reunió a la diva con el fan. En el
Hotel Trypp, Lolita afirmaba que José Manuel Vega no es un
fan más, “es un amigo al que quiero muchísimo”.
Es así, porque en su desesperación por no poder ver a Lolita
a este lado del Estrecho, Vega llegó a recoger firmas en
1999 con el objetivo de convencer a la Consejería de Cultura
de la conveniencia de traer a la hija de Lola Flores a la
ciudad autónoma. Seguro que la gente le miraba raro
entonces, pero ahora, como el mismo comenta, esas mismas
personas le pedían a ver si podía colarles en el concierto.
“En dos meses logré 1.300 firmas”, comenta, “pero no sirvió
de mucho”, pese a que lo llevó a las áreas de Cultura,
Educación, Festejos, por lo que al final desistió y lo dejó
en manos de la providencia. “Por suerte, al fin ha llegado
ese día”, añade.
“Le agradezco muchísimo todo el empeño que ha puesto para
que yo esté aquí”, correspondía ayer Lolita, “le conozco
hace años y siempre ha estado al pie del cañón, tanto en las
vacas gordas como en las vacas flacas”.
La polifacética cantante aconsejaba a su fan número uno,
como al resto de ceutíes enamorados de las canciones de
Lolita, que no les pudiese la ansiedad: “Que disfruten esta
noche de mi música y de lo que yo puedo ofrecer como persona
y como artista”.
Por su parte, Vega se mostraba “orgulloso” de tener a su
ídolo en su ciudad, un sentimiento que arrastra desde que
hace dos meses recibió la llamada que le comunicaba la buena
nueva.
¿Por qué esta admiración por Lolita y no por otra de las
muchas figuras que pueblan la escena española? “Es una
artista bastante completa, tanto como cantante como actríz”,
responde, pero no sólo le gusta en su faceta profesional,
“sino su forma de ser”; mas no solamente ella, advierte,
sino que siente admiración por toda la familia Flores en
general.
La historia de José Manuel Vega es la historia de una
obsesión que comenzó en el año 1992, época en la que Lolita
y su madre tenían un programa de televisión en Antena 3, “lo
que me enganchó”. Luego, Lolita sacó Y la vida pasa en 1994
y fue el empujón que Vega necesitaba. Tenía por entonces 13
años.
El día 16 de agosto de 1999 fue un día crucial en su
inquietud por la familia Flores: “Cantaba Rosario en el
Tívoli –Benalmádena–, a quien yo conocía por teléfono. Y ese
día me presentaron a Lolita”.
No obstante, “ese día fue feliz, pero creo que el de hoy es
más”, nos revela José Manuel, “no sólo porque vaya a cantar
en mi tierra, sino porque hoy es mi artista favorita, pero
también mi amiga”.
Sin duda que llegar a ser el presidente de su Club de Fans
fue un paso que satisfizo la ansias de José Manuel por
acercarse más al áurea que rodea a Lolita, algo que logró
hace ocho años. El ceutí explica que convenció directamente
a la Warner Music para que le pusiese a la cabeza de los
cerca de 5.000 afiliados al arte de la hija de la Faraona,
que se reparten entre España y Latinoamérica.
Así, desde el año 2000, José Manuel recibe en la dirección
del Club –figura en todos los discos– cartas y peticiones de
fans, con especial relevancia de las que llegan desde el
otro lado del charco, ya que, según explica, “muchos
trabajos de ella, sobre todo los más antiguos, no están
editados en América; y entonces me llaman para que gestione
su envío”.
El mayor fan de Lolita ya no reside en Ceuta, hace cinco
años que abandonó la ciudad para hacerse representante de
artistas locales donde se cruzan los caminos, en Madrid;
pero asegura que pregona a los cuatro vientos con orgullo
que es caballa, que no ha olvidado sus orígenes.
Ahora se mueve entre Málaga, Valencia y Madrid, pero no se
olvida de apoyar la carrera de su adorada Lolita. Así, pese
a que el último trabajo de la polifacética artista, Sigue
caminando, no ha cumplido las expectativas en cuanto a
ventas de copias, José Manuel afirma que “es una cantante
que lleva 34 años al pie del cañón y que estar en lo más
alto de la cima no es fácil”, por lo que “es normal que con
algunos discos dé el pelotazo” –nos recuerda el gran éxito
que tuvo con Sarandonga– “y con otros no tanto, pero siempre
asegura un buen número de ventas”.
“Haré todo lo posible porque mis paisanos puedan venir al
concierto y fotografiarse con ella”, se despide. Ahí va un
hombre feliz.
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