Medio Ambiente ha recibido la primera denuncia dirigida a
una empresa de construcción pequeña por verter escombros en
vertederos incontrolados. La sanción alcanza los 450 euros y
los 3.000 si se es reincidente. El número de vertederos
según la consejera de medio Ambiente, Yolanda Bel, no ha
aumentado.
La Consejería de Medio Ambiente tramitará la primera
denuncia por verter escombros en lugares no habilitados para
ello. Desde la apertura del vertedero privado de barranco
Piniers las constructoras deben abonar una tarifa, que ronda
entre los tres y los quince euros por tonelada, para
desechar sus materiales por lo que han surgido en los
últimos meses vertederos incontrolados de inertes por los
barriadas periféricas y montes ceutíes en zonas como el
arroyo Cañaveral, los pantanos o los alrededores del
castillo de Piniers. “La empresa denunciada es pequeña, que
suelen ser las que realizan este tipo de acciones” informó
la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel. Las
constructoras vertían anteriormente en las obras de
ampliación del puerto por lo que no realizaban ningún pago.
La sanción puede alcanzar los 450 euros si la infracción es
detectada por primera vez y subir hasta los 3.000 si se
constata la reincidencia. Bel ha manifestado en numerosas
ocasiones que se apuntaría a la sanción más dura posible,
como se tiene previsto hacer con el incumplimiento del resto
de ordenanzas pertenecientes a su Consejería.
El número de vertederos en la ciudad no ha aumentado en los
últimos días según se tiene constancia en Medio Ambiente.
“Si hemos visto que en los ya existentes se continúa tirando
escombros” detalló Bel.
Policía medioambiental
Los Verdes-Grupo Verde fue el primero en denunciar este tipo
de acciones y el coordinador del partido, Juan Redondo,
consideró necesario “un cuerpo especializado que esté
pendientes de este tipo de actuaciones que son difíciles de
detectar y ocurren en zonas específicas de la ciudad y de
manera furtiva”. Una posibilidad que ya fue desechada por el
consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez. Bel
aseguró que en vez de crear una suerte de policía verde las
consejerías habían establecido que la Policía Local
“reforzaría la vigilancia sobre las ordenanzas emitidas por
Medio Ambiente”.
“El dinero que se podría invertir en una policía dedicada
específicamente al medio ambiente se lo están teniendo que
gastar ahora en las Brigadas Verdes y en las labores de
limpieza de los diferentes vertederos diseminados por toda
la ciudad” espetó Juan Redondo.
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