Paisaje de ensueño acompañado de una bruma africana que
envolvía de misterio y exuberancia los aledaños del litoral
del Desnarigado. Sobre este escenario se iniciaban en la
jornada de ayer las actividades propias del Campo de Trabajo
sobre Mejora del entorno natural.
Los 24 participantes, procedentes de casi todas las
Comunidades Autónomas de España, fueron distribuidos en tres
grupos de trabajo, y comenzaron a desempeñar sus funciones a
las nueve de la mañana aproximadamente. En su primer día de
faena, ya se mostraban contentos e ilusionados, dando una
apariencia de conjunto compacto y compenetrado, a pesar de
sus diferentes puntos de origen.
La primera de las áreas se centró en la limpieza y el
acondicionamiento de la playa, donde siete u ocho jóvenes,
provistos con gruesos guantes, recogían los residuos y
desechos que manchaban la panorámica del litoral. Todos
ellos brindando la mejor de sus sonrisas a esta buena causa.
“Lo que más abundan son los residuos inorgánicos, en plan
todo lo que la gente echa, pero hay cosas peores”, explicaba
la participante sevillana Olvido Cano.
Cientos de colillas, latas de refrescos, papeles, envases o
ladrillos eran los desechos que a simple vista se podían
observar en la explanada de la playa del Desnarigado, debido
a su excesiva cantidad. Por ello, tanto participantes como
monitores, depositaron toda la basura en carretillas para
que posteriormente, los camiones de la limpieza la sacaran
de la zona.
Otra de las tropas se desplegaba por los roquedos próximos
al mar, cuyo objetivo era el censo de un tipo de molusco que
en la actualidad se encuentra en peligro de extinción. Los
jóvenes, acondicionados con mayas y botas de neopreno
facilitados por la empresa Fortur, no dudaron en
introducirse en pequeños recovecos y superficies acuosas.
Mientras unos investigaban, observan y aprendían, otros
tomaban apuntes de todo y más. Medida y cantidad, eran los
parámetros básicos de esta actividad.
“Estamos parcelando de veinte en veinte metros y entre todos
vamos midiendo y apuntando para ver cuantas lapas hay y las
medidas que tienen; si son más pequeñas, o son más grandes,
en toda la zona de la costa”, contaba Jose Raga, partipante
llegado desde Valencia. Y aunque algunos piensen que el
estudio de los moluscos puede ser inanimado y aburrido, se
equivocan.
“Dependiendo de las medidas de las lapas se puede saber si
son juveniles, hombre o mujer. Si son grandes, son mujeres;
si miden 35 o 40 milímetro son hombres, y menos, son
juveniles”, añadía el valenciano. Datos curiosos y
sugerentes que sólo biólogos o aficionados pueden llegar a
conocer.
El tercer conjunto se encontraba en la zona más alta,
exactamente junto al Castillo del Desnarigado. Su función
era la extirpación del Carpos Brutus, planta conocida como
uña de gato aunque la tarea no resultaba nada fácil e
incluso llegando a resultar arriesgada. Los chavales de este
grupo debían deslizarse por la superficie rocosa, es decir,
los acantilados que rodean a la playa, sujetados con unas
cuerdas y todos con un casco de protección. Mientras unos
descendían para quitar las malas hierbas que están
perjudicando a la flora autóctona, otros permanecían arriba
vaciando las cubetas que llegaban cargadas de esta planta.
Una operación que exigía coordinación entre los componentes
de esta área y un espíritu aventurero y de afición a la
adrenalina. “Este grupo tiene una componente menos porque
padecía vértigo. Así que la hemos llevado hasta la playa
para que trabaje en otras actividades”, narraba una de las
trabajadoras de Obimasa, empresa encargada, a través de sus
diferentes profesionales, de las funciones laborales de este
Campo de Trabajo. Estos trabajadores de Obimasa han dado las
instrucciones pertinentes y han informado a los voluntarios
medioambientales de cómo llevar a cabo las diferentes tareas
y de todo lo que no se debe hacer en las áreas porque pueden
resultar peligroso o perjudicial para el factor humano y el
natural.
Es de resaltar que en unas actividades u otras no han
faltado los complementos de vestuario para poder llevar a
cabo con seguridad las diferentes tareas. Hecho que destaca
la sobresaliente organización de esta iniciativa de la Casa
de la Juventud, a través de la Consejería de Juventud,
Deportes y Nuevas Tecnologías, y la empresa Obimasa,
perteneciente a la Consejería de Medio Ambiente de la ciudad
autónoma.
A ellas se ha unido el patrocinio y la colaboración de
Injuve y la Viceconsejería de Turismo de la ciudad autónoma.
Todas con el objetivo de contribuir a la rehabilitación del
medio natural de la playa mediante la mejora de diversos
aspectos del entorno de la misma. Además, esta zona presenta
un gran atractivo para actividades ambientales, teniendo un
elevado interés paisajístico, y situada en un espacio
protegido con elementos naturales de gran importancia,
añadiendo el contenido histórico y arquitectónico de la
misma.
Aunque no todo va a ser trabajar hasta el próximo 31 de
agosto. Muchos de los participantes confesaban ayer estar
muy motivados por las actividades complementarias que se
habían preparado para esta ocasión. A las que se añaden el
factor de intriga ya que los jóvenes no son informados de
las mismas hasta el día en que se ejecutan.
“Vamos a hacer canoa, ráppel, excursión a Marruecos,
senderismo, buceo. Actividades multiaventura y de circo que
hacemos en las veladas de por la noche, con juegos y
dinámicas después de cenar”, explicaba muy entusiasmado,
Raga, el joven valenciano. A lo que añadía: “La verdad es
que estamos disfrutando mucho, estamos comiendo en unos
restaurantes exquisitos, y la ciudad es genial”.
Como se puede observar esta concentración conlleva mucho
factor humano. Mezcla de culturas y costumbres, sexos,
procedencia y convivencia entre los diferentes
participantes. Sin olvidar esta nueva alternativa de turismo
joven a un precio muy asequible facilitando así la movilidad
juvenil a nivel nacional e internacional, ya que los Campos
de Trabajo se realizan en todos los puntos del globo
terráqueo.
Tampoco han faltado en esta ocasión las primeras impresiones
sobre la ciudad. “Uno de los motivos que me incitaron a
inscribirme fue la curiosidad por la ciudad porque hay
muchas leyendas urbanas sobre Ceuta y te llevas una sorpresa
muy grande. Todo está muy limpio y es una ciudad muy bonita
y paradisiaca”, se sinceraba Olvido, la participante
sevillana. A lo que añadía, con gesto amable y sincero, otro
de los participantes valencianos: “La ciudad la vimos el
segundo día y nos pareció muy bonita y muy curiosa por el
tema de que en ella conviven cuatro religiones sin ningún
problema y cada una tiene sus iglesias y sus creencias. La
verdad es que Ceuta es preciosa, está junto al mar y las
montañas, es muy pequeñita pero tiene de todo”.
Demostrado y confirmado. La ciudad autónoma es capaz de
embrujar a cualquier turista en apenas unos días, no sólo
por su apariencia física y geográfica sino por su diversidad
étnica y cultural, lo que enriquece el patrimonio de Ceuta.
Aunque han transcurridos escasos días desde la llegada de
estos voluntarios medioambientales, y sólo se ha vivido una
jornada de trabajo, ya se han ofrecido las primeras
opiniones o un corto balance sobre los frutos que podría dar
este Campo de Trabajo.
“El nivel de convivencia es muy bueno, es un grupo bueno,
jovencillo y la verdad es que funcionan muy bien. Aunque
llevan tres días, y es una etapa muy temprana para hacer un
balance, pero creo que conforme se vayan conociendo tendrán
más afinidad unos con otros. Por ahora es un grupo muy
compacto y están funcionando muy, muy bien. También es
cierto que Ceuta es una ciudad muy acogedora, a cualquier
sitio que vamos siempre nos reciben muy bien, la Consejería
y Turismo también se vuelcan mucho con nosotros y todo ello
favorece que el grupo esté muy unido y se sienta bien”,
explicaba David Bedia, creador, director y coordinador del
Campo de Trabajo sobre Mejora del entorno natural.
Para información de los más interesados, este es el quinto
año que se celebra el campo medioambiental de Ceuta, y tal
como advirtió en la mañana de ayer Bedia, será clausurado
con esta edición para dar paso a nuevas iniciativas y
propuestas, “ya que consideramos que el litoral del
Desnarigado está bastante mejorado y sólo depende de que lo
mantengamos”.
Parece ser, que por el momento, todo va viento en popa, y la
el porcentaje de éxito apunta casi al cien por cien.
Los participantes: contentos, ilusionados y entusiasmados
con el trabajo, las actividades complementarias y el buen
recibimiento que les ha proporcionado la ciudad.
El coordinador: orgulloso, satisfecho y con excelentes
expectativas sobre el operativo.
Los trabajadores de Obimasa: profesionales, dicharacheros y
disfrutando de la compañía de estos jóvenes voluntarios.
Y el litoral del Desnarigado, agradecido, porque aunque no
tenga palabras y no pueda expresarse, se respira
tranquilidad y pureza en su ambiente.
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